La aplicación de calor o frío intenso frena el cáncer de mama en mujeres mayores que no pueden ser operadas
España está despuntando en la aplicación de técnicas de ablación térmica guiadas por imagen para tratar el cáncer de mama. En concreto, se trata de la crioablación, la aplicación de frío intenso, y de la termoablación (calor intenso), que son tratamientos realizados por radiólogos, de manera ambulatoria y que permiten el control de la enfermedad en estados iniciales, cuando el tumor no supera los tres centímetros y no hay metástasis.
En la actualidad, gracias a la mejora en los cribados y en las técnicas de diagnóstico, se están localizando cánceres en estados embrionarios pero las pacientes no siempre quieren o pueden ser operadas, sobre todo si tienen edad avanzada o sufren enfermedades crónicas o una fragilidad que el paso por el quirófano puede empeorar. Para este tipo de enfermas, hasta hace pocos años apenas existían soluciones terapéuticas pero, en el último lustro, se ha ido extendiendo la utilización de la ablación percutánea, que no tiene prácticamente efectos secundarios, no es invasiva y permite frenar la enfermedad.
La termoablación consiste en la aplicación de altas temperaturas en la zona tumoral, a través de microondas electromagnéticas; y se puede realizar de manera ambulatoria, con anestesia local
La termoablación consiste en la aplicación de altas temperaturas en la zona tumoral a través de microondas electromagnéticas. Se puede realizar de manera ambulatoria, con anestesia local, de forma similar a cuando se realiza una biopsia mamaria, en la misma sala donde se realizan las ecografías, que permiten guiar a los radiólogos en la introducción de una aguja en el tumor. El procedimiento es muy seguro, respeta el tejido sano y apenas se tardan cinco minutos.
Rápida recuperación
La crioablación, por su parte, es el proceso contrario: consiste en la punción del tumor para introducir frío extremo, que oscila entre los -180ºC y los -120ºC. De nuevo, el radiólogo se guía con una ecografía, requiere una sedación o anestesia general y la intervención es un poco más larga, de unos 30 minutos, pero con una recuperación muy rápida. Una de las ventajas de esta técnica es que despierta una respuesta inmunológica, ya que produce necrosis coagulativa de las células neoplásicas.
Las pacientes salen como si no las hubiéramos hecho nada y nos preguntan que si se pueden ir a comer con sus hijos
“Las pacientes salen como si no les hubiéramos hecho nada y nos preguntan que si se pueden ir a comer con sus hijos”, comenta Myriam Montes, especialista en la mama de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM) y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Este hospital y el Ramón y Cajal, también en Madrid, fueron de los primeros que, hace unos cinco años, comenzaron a realizar termoablación en cáncer de mama y la técnica se ha usado ya en unas 30 pacientes, con buenos resultados. Solo una enferma sufrió una pequeña quemadura y en todas se “ha conseguido controlar la enfermedad”.
Formación
«Al ser una técnica innovadora se requiere más tiempo de estudio para conocer sus efectos a medio y largo plazo pero en pacientes con poca esperanza de vida permite vivir sus últimos años sin estar pendientes del cáncer”, indica la doctora Montes.
Ambas técnicas están disponibles en buena parte de la red hospitalaria española y la Sociedad de Radiología Médica está formando a profesionales de la UE para su aplicación en otros países
Ambas técnicas están disponibles en buena parte de la red hospitalaria española. La Sociedad Española de Radiología Médica está formando a profesionales de la UE para su aplicación en otros países, dado que España es pionera en la utilización de la ablación térmica en cánceres de mama y otros tumores, como cáncer de tiroides, hígado o renal, con éxito.
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Y los buenos resultados apuntan a que, quizá, ambas técnicas podría utilizarse, en el futuro, como sustitución al tratamiento quirúrgico, también en pacientes más jóvenes aunque aún se requieren más estudios sobre su uso como terapia de primera línea.
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