la atención al sistema reproductor masculino
Movember es un término que deriva de la contracción de las palabras en inglés Moustache (bigote) y November (noviembre) y da nombre a una campaña anual que tiene lugar durante todo el mes de noviembre, durante el cual los hombres se dejan crecer el bigote. La iniciativa tiene su origen en Australia en el año 2003, cuando un grupo de jóvenes de Melbourne conocidos como los 30 originales tuvieron la idea de dejar crecer sus bigotes para apoyar a un amigo con cáncer de próstata. Desde el año 2004, la Fundación Movember comenzó a recaudar fondos para destinarlos a la lucha contra el cáncer de próstata en Australia.
[–>[–>[–>Tal como explica la Dra. Gemma Sancho, especialista en oncología radioterápica del Centre 360 de Excelencia Oncológica GenesisCare Clínica Corachan, a partir de 2007, el evento comenzó a realizarse también en Canadá, España, Estados Unidos y Reino Unido. A partir de aquí se amplió el interés de la fundación a otros temas relacionados con la salud masculina como el tumor testicular y la salud mental.
[–> [–>[–>El objetivo de esta campaña es sensibilizar a la población sobre temas de salud masculina, en especial sobre el cáncer de próstata, testículos y problemas de salud mental. Durante el mes de noviembre se organizan actividades en diferentes países para recaudar dinero que se asigna al desarrollo de proyectos que contribuyan a la lucha contra estos problemas que afectan a la salud masculina. Las personas pueden participar de diferentes maneras: realizar donaciones, organizar eventos o participar activamente al dejarse crecer el bigote y compartirlo en la redes sociales acompañando las imágenes con el hashtag #Movember.
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Concienciar y prevenir
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“Los principales mensajes de la campaña universal Movember son concienciar, sensibilizar y prevenir”, precisa la doctora Sancho. En cuanto a la concienciación sobre el cáncer de próstata y de testículos, se recuerda la necesidad de realizar una valoración inicial por el urólogo a partir de los 50 años, o antes si existen antecedentes familiares, y siempre que se detecten síntomas urinarios o bultos en los testículos.
[–>[–>[–>Sensibilizar sobre los problemas de salud mental que afectan a los hombres y reducir el estigma asociado a pedir ayuda es otro de sus objetivos, junto a la prevención. Se pretende promover hábitos saludables como la actividad física, una dieta equilibrada y evitar el consumo excesivo de alcohol o tabaco, que son factores de riesgo de padecer alguno de estos cánceres que afectan a los hombres.
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Es importante -señala la especialista en oncología radioterápica del Centre 360 de Excelencia Oncológica GenesisCare Clínica Corachan- que los participantes de Movember no solo se centren en la visibilidad del bigote, sino que también contribuyan a hacer difusión de la campaña, en los eventos organizados, así como promover la donación.
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[–>Cáncer de próstata
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El cáncer de próstata es el segundo tipo de cáncer más común en hombres. Su prevalencia varía según la región, pero a nivel mundial se estima que afecta a un hombre de cada ocho a lo largo de su vida. En España, es uno de los cánceres más frecuentes en hombres, con más de 35.000 casos nuevos anuales. La probabilidad de padecerlo se incrementa notablemente a partir de los 50 y esta avanza con la edad.
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A pesar de ser el segundo cáncer más común en hombres, el cáncer de pulmón es el que sigue causando más muertes. “El cáncer de testículos es mucho menos común en comparación con el de próstata, pero es el cáncer más común entre los hombres jóvenes (de 15 a 35 años). A nivel global, se estima que 1 de cada 250 hombres desarrollará cáncer testicular a lo largo de su vida. Es un tumor poco frecuente y tiene una tasa de curación alta, especialmente si se detecta pronto”, explica la Dra. Gemma Sancho.
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Existen una serie de factores asociados al cáncer de próstata que no se pueden modificar, como son la edad, los antecedentes familiares y la raza. El riesgo de padecer un cáncer de próstata aumenta con la edad, especialmente a partir de los 50 años. Por otra parte, en un 5 o un 10% de casos existe un componente hereditario, porque existen mutaciones de genes que se transmiten de una generación a otra. Por ejemplo, si se hallan mutaciones en los genes identificados como BRCA1, BRCA2 y HOXB13, se asocia a un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata. Es muy importante saber si existen familiares de primer grado (padre o hermano) con este cáncer o bien con cáncer de mama (en mujeres, aunque también los pueden tener hombres) porque algunas de estas mutaciones, como por ejemplo BCRA1 y BCRA2 son comunes en ambos cánceres.
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Otro factor a tener en cuenta es la raza, siendo más frecuente en hombres afroamericanos. Según la Dra. Sancho, “la prevención es común a otras patologías, y consiste básicamente en seguir una dieta saludable, realizar ejercicio de forma regular, evitar el alcohol y el tabaco y realizar los controles de cribaje”.
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La prevención primaria del cáncer testicular es difícil, pero se recomienda realizar autopalpación testicular para detectar bultos o cambios en los testículos, del mismo modo que se aconseja en mamas.
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El cáncer de testículo se asocia a antecedentes familiares y antecedentes de criptorquidia (testículo que no ha descendido a la bolsa escrotal).
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Tratamientos
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Dependiendo del estadio de la enfermedad cuando se localiza un tumor en la próstata, existen varios tratamientos. “En tumores localizados, los tratamientos pueden ser simplemente la vigilancia activa, cuando son muy incipientes y de buen pronóstico. Se hacen controles regulares clínicos y del PSA (antígeno prostático específico) en sangre, tacto rectal, resonancia magnética y, a veces, biopsias prostáticas de repetición. Si se detecta una progresión de la enfermedad, se pasa a realizar un tratamiento con intención curativa, ya sea cirugía (prostatectomía radical) o radioterapia, ya sea radioterapia externa o braquiterapia. Existen otros tratamientos como la crioterapia o la terapia con ultrasonidos conocida como HIFU, que pueden ofrecerse en casos muy seleccionados.
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A veces también se puede aplicar un tratamiento hormonal, si el tumor se encuentra localmente avanzado o presenta factores de riesgo de diseminación”, detalla la especialista en oncología radioterápica.
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En fase diseminada, es decir, cuando la enfermedad ha salido de la próstata y se ha implantado en órganos a distancia como los huesos, ganglios fuera de la pelvis, pulmón u otras localizaciones, se realiza tratamiento con hormonoterapia (agonistas y antagonistas de GnRH), incluyendo antiandrógenos de última generación y, en ocasiones, quimioterapia. En fases de la enfermedad más evolucionadas, pueden ser necesarios otros tratamientos como los inhibidores de PARP, en aquellos casos que presenten alteraciones en los genes de reparación del ADN.
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Actualmente, en los pacientes que debutan con la enfermedad diseminada de bajo volumen, se realiza tratamiento con radioterapia sobre la próstata, e incluso en pacientes con pocas metástasis, habitualmente menos de 5, se puede administrar radioterapia estereotáctica sobre cada metástasis con alta eficacia local.
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En el cáncer de testículo, hay que realizar una cirugía (orquiectomía) y, en función de la extensión de la enfermedad, puede ser necesario asociar un tratamiento de quimioterapia y/o radioterapia.
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Investigación
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La Dra. Sancho explica que, en los estudios, los investigadores tratan de identificar biomarcadores que permitan un diagnóstico más precoz, una terapia más personalizada guiada por el comportamiento biológico de los tumores, así como una monitorización más precisa de la enfermedad.
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En el caso del cáncer de próstata, se sigue investigando en fármacos que actúen en la fase de resistencia, así como en el papel que pueda tener la inmunoterapia o los radioisótopos como por ejemplo el lutecio.
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En el cáncer testicular también se buscan biomarcadores y mutaciones genéticas que permitan el desarrollo de fármacos dirigidos y tratamientos más personalizados.
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Cabe señalar que, tal como indica la Dra. Gemma Sancho, “el cáncer de próstata y el de testículo no están relacionados directamente. Aunque ambos afectan al sistema urogenital masculino, son distintos en edad de aparición, causas, síntomas y tratamiento”.
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