la clave para resolver crímenes que se enseña en el Oceanográfico
Centro Oceanográfico de Gijón. Una investigadora del área de Acuicultura Sostenible y Biotecnología Azul acaba de ser asesinada. Entre las pruebas encontradas, una gota de sangre que podría ser de la víctima o de su verdugo. Este es el caso al que tuvieron que enfrentarse este lunes quienes visitaron por la tarde el centro de investigación con motivo de la Semana de la Ciencia.
Las instalaciones gijonesas han abierto sus puertas al público para dar a conocer el trabajo que realizan durante el año a través de una exposición, charlas y un interesante taller que este lunes convirtió a sus participantes en auténticos investigadores.
El origen fue el asesinato de la investigadora Begoña Arbeyal en la cafetería del centro. Entre los sospechosos seis personas, desde el jefe del departamento pasando por el chef del servicio de catering hasta varios compañeros. A favor de los investigadores, la gota de sangre hallada en el plato de la víctima que permitiría reducir las pesquisas a una sola persona. Para resolver el caso tan solo era necesario determinar correctamente la huella genética del ADN utilizando la electroforesis.
Este método es muy utilizado en la medicina forense, la identificación de restos humanos, las pruebas de paternidad o, como en el caso del Oceanográfico, para trabajos de acuicultura. Consiste en separar el ADN a través de geles de agarosa “que se comportan como un tamiz molecular”, permitiendo clasificarlos por tamaño y forma.
Este fue el trabajo que realizaron, más sencillo y de forma manual, los participantes del taller para poder dar con el asesino. Algunos decidieron hacerlo por equipo, repartiéndose el trabajo y comparando opiniones. Otros, en cambio, optaron por hacerlo de forma individual, compartiendo los resultados tan solo al final.
“Me pasó mi madre el cartel y me llamó mucho la atención lo de resolver el crimen”, explicó Elisa García, quien acudió acompañada de su grupo de amigos. Para Irene Díez e Illán Martínez la experiencia también valió la pena. “Vinimos la semana pasada y nos comentaron que se iba a hacer el taller. Esta siendo muy entretenido”, afirmaron mientras intentaban dar con el asesino. Entre los participantes también estuvo el pequeño Alejandro del Campo, de seis años, quien disfrutó junto a su madre, Adriana Varas, resolviendo el suceso.
El taller está pensado para adolescentes y la intención de sus promotoras, María del Carmen Castro y Alma Hernández, es que la documentación y el trabajo que han realizado pueda ser utilizada por centros escolares interesados. Tanto aquellos que acudan a visitar las instalaciones, como quienes lo puedan demandar.
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La Semana de la Ciencia continuará mañana con varias charlas. La científica Iria Sala abrirá la veda y hablará sobre “Vida microscópica en el océano: explorando el universo fitoplancton”. El miércoles Renate Scharek se centrará en “Los océanos y nuestro bienestar”, para finalizar con Eva Álvarez y “El océano virtual: datos y modelos para un futuro sostenible”. Todas ellas comenzarán a las 17.30 horas y estarán abiertas hasta completar aforo.
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