La cumbre Celac-UE concluye con críticas a las acciones militares de EEUU en el Caribe y el Pacífico colombiano
«Reiteramos nuestra oposición a la amenaza o al uso de la fuerza y a cualquier acción que no sea conforme con el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas». La IV Cumbre de la Comunidad de estados latinoamericanos y el Caribe (Celac) y la Unión Europea encontró en la ciudad de Santa Marta un denominador posible para referirse a la crisis desatada en el Caribe sur y el Pacífico colombiano con el hundimiento de embarcaciones calificadas de «narcoterroristas» por parte de Estados Unidos. No hizo falta la mención explícita para que el documento final suscrito por 32 de los 33 países de la Celac y los 27 miembros de la UE marcara su distancia crítica de las acciones de Washington que provocaron 70 muertos. El texto alude a la necesidad de tener en cuenta «la igualdad soberana de los Estados», el «respeto a la integridad territorial y de la independencia política», así como «la no intervención en asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados» y el «arreglo pacífico de las controversias«. Lo más cerca que estuvo la declaración de los hechos, sin nombrar a la Administración de Donald Trump, quedó plasmado en la «importancia» que la asignó la IV Cumbre a «la seguridad marítima y de la estabilidad regional en el Caribe«. En otro párrafo se destacó el «carácter pacífico» de la región. Los países coincidieron además en «el respeto mutuo y el pleno cumplimiento del derecho internacional, incluso en la lucha contra el crimen organizado transnacional y el tráfico ilícito de drogas«.
[–>[–>[–>El presidente anfitrión, el colombiano Gustavo Petro, valoró el contenido de la declaración final. «Insistimos, persistimos y profundizamos el criterio de que es la multilateralidad la que significa que naciones diversas se junten para solucionar problemas comunes». El presidente del Consejo Europeo, António Costa, sostuvo en la misma dirección que la cumbre ha sido un «mensaje claro al mundo» con su apuesta por la cooperación «entre iguales» sobre la confrontación». Y añadió: «en un contexto político tan complejo como el actual, esta cumbre envía un mensaje claro al mundo«.
[–> [–>[–>[–>[–>[–>Una reunión con ausencias
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Pese a algunas ausencias notables, como las de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Friedrich Merz, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, la reunión en Santa Marta pudo llegar a un cierre de conformidad compartida en medio de mutuas concesiones. Las partes «reconocieron» el acuerdo alcanzado sobre la primera fase del Plan Integral para poner fin al conflicto en Gaza tras la Cumbre de Sharm el Sheij por la Paz, celebrada el 13 de octubre de 2025. «Recordamos la Conferencia de Alto Nivel para el Arreglo Pacífico de la Cuestión de Palestina y la Aplicación de la Solución de Dos Estados, celebrada en Nueva York. Reiteramos nuestra condena inequívoca de los atentados terroristas del 7 de octubre de 2023. Reiteramos igualmente nuestra firme condena de la escalada de violencia en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, tras el aumento de la violencia de colonos, la expansión de los asentamientos ilegales y la operación militar de Israel». El texto pide que se garantice «un acceso inmediato y sin trabas, así como la distribución sostenida y a gran escala de la ayuda humanitaria hacia y dentro de Gaza». Se afirma a su vez el «compromiso con la reconstrucción y la recuperación de Gaza».
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El documento subraya la «profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que continúa causando un inmenso sufrimiento humano». Los bloques apoyan «todos los esfuerzos encaminados a lograr un alto el fuego sostenible y a promover el diálogo político orientado a una paz justa, integral y duradera; a fomentar la desescalada y a propiciar un diálogo directo, de conformidad con el derecho internacional y con pleno respeto de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, incluido el arreglo pacífico de las controversias y el principio de integridad territorial y soberanía».
[–>[–>[–>Mención a Venezuela
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«Reiteramos nuestro compromiso inquebrantable con la democracia, incluidas elecciones libres, inclusivas, transparentes y creíbles». La frase parece comentar la crisis política venezolana tras los comicios del 28 de julio de 2024, donde se han declarado ganadores de la contienda tanto Nicolás Maduro, en el poder, como su rival, Edmundo González Urrutia. «Destacamos la relevancia de que todos los Estados se atengan a las normas fundamentales de la conducta internacional, en particular a las consagradas en la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas de 1961 y en la Convención de Viena sobre las Relaciones». El párrafo fue especialmente pedido por México, cuya tradicional política de respeto al derecho al asilo acaba de ser respondida por Perú con la ruptura de relaciones diplomáticas.
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Más allá de la toma de posición sobre los asuntos de actualidad, se convino precisar el alcance de una «hoja de ruta» compartida para acelerar «la cooperación en acción climática y protección del medio ambiente, transición energética e interconexiones regionales», fomentar el comercio y los flujos económicos y la resiliencia y profundiza «nuestros esfuerzos conjuntos para combatir el crimen organizado transnacional». Se acordaron dos pactos específicos: una Alianza para la Seguridad Ciudadana, que fortalecerá la lucha conjunta contra el narcotráfico, y un pacto para intercambiar buenas prácticas en la economía del cuidado. Se anunció en este contexto un nuevo impulso al programa europeo Global Gateway, que ya moviliza 31.000 millones de euros en más de 100 iniciativas en la región. Entre los nuevos proyectos destacan la conectividad digital vía satélite para zonas remotas, la integración de redes eléctricas regionales y una nueva red de supercomputadores que conectará a Europa con América Latina y el Caribe.
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