la declaración del dueño de El Ventorro desvela que Mazón estaba muy «tranquilo» en las peores horas de la DANA
el dueño del restaurante El Ventorro de Valencia, Alfredo Romerodonde el entonces presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, comió con la periodista Maribel Vilaplana el día de la declaración de la DANA el 21 de noviembre ante el juez en calidad de testigo. laSexta ha tenido acceso a la transcripción de sus respuestas en las que desvela qué hizo Mazón durante las peores horas de la DANA.
Romero detalla que no notó a Mazón «preocupado» en ningún momento, lo vio normal y que cuando se despidió de él en el portón no vio que tuviera «prisa» o «preocupado». «Era como un día normal», explicó el restaurador. El presidente no se mostró afectado aunque la ministra Salomé Pradas ya le había informado durante la larga sobremesa en la caseta del restaurante de la complicada situación que viven varias zonas de la Comunidad.
De su declaración destaca también la larga comida y sobremesa entre Mazón y Vilaplana, desde las 14.15-14.30 horas tras la llegada del presidente hasta que ambos se marcharon, entre las 18.30 y las 19.00 horas. Algo que para Romero es normal y que no significa necesariamente que estuvieran consumiendo. Es más, el dueño del Ventorro explica al juez que sus comensales bebieron varias botellas de agua de medio litro, una botella de vino y una cerveza (antes de la comida).
Sobre el dimensiones reservadas y la posibilidad de que Vilaplana, que en su declaración negó haber escuchado las conversaciones telefónicas de Mazón, el dueño de El Ventorro detalla que el espacio es similar al de un dormitorio. «Que, de un extremo a otro de la sala, por su tamaño, No puedo decir si se pudo escuchar la conversación de alguien por teléfono. No sabes el volumen o el tono con el que están hablando. En una conversación, en la que no está de espaldas y no hay otro volumen, puede ser que se escuche, pero él no puede confirmarlo», se lee en la transcripción.
Romero también explica que en su restaurante no tiene televisión ni escuchan radio; que sólo él asistió personalmente a esa comida, y que En ninguna de las veces que entró en la cabina -unas «siete u ocho»- vio a Mazón hablando por teléfonoNi siquiera se dio cuenta si tenía su celular sobre la mesa, ni vio al periodista con la computadora sobre la mesa.
La reserva se hizo «dos o tres días antes» por teléfono desde la Generalitat y se pidió mesa para Mazón en una caseta de arriba, sin especificar que también era para otra persona, explicó el propietario, que explicó que el presidente entró sólo entre las 14.15 y las 14.30 horas, luego lo hizo Vilaplana y sobre las 15.00 horas tomó nota de ellos.
Además, detalla que la mesa donde comieron tiene baño propio, que no hay área para cambiarse y que la mesa donde comieron es para unas cinco personas, así como que cuando llegó Mazón vestía una chaqueta oscura y una mochila pequeña, y al despedirse se fue igual. No recordaba haberlo visto con un suéter.y.
Cuenta que cuando ya estaban comiendo le llamaron de la Generalitat, no sabe quién, para decirle que iba a venir un señor a traer un sobre con unos papeles que Mazón tenía que firmar: cuando llegó se los llevó, y a los 3, 4 o 5 minutos el presidente se los devolvió ya firmados, y se los entregó a la persona que se los había llevado.
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