La encrucijada del Gobierno con la prórroga de Almaraz
El presidente del Gobierno de coalición PSOE-Sumar se encuentra en una encrucijada respecto a la decisión de alargar la vida útil de la central de Almaraz, como le han pedido las eléctricas propietarias de la nuclear, o continuar con el cierre previsto para noviembre. … 2027. La decisión no es fácil porque por un lado el PSOE siempre ha hecho bandera de su oposición a las centrales nucleares y lo que es peor, tiene dentro del Gobierno a Sumar, que sigue presionando para que se cierren las centrales pase lo que pase. Pero ante esta postura, en Extremadura los ciudadanos e incluso los políticos, independientemente de su ideología, apuestan por la prórroga para evitar la pérdida de empleo y riqueza en la región. Y hay elecciones en menos de dos meses, por lo que manifestarse contra la planta puede conllevar un castigo en las urnas, sobre todo si tenemos en cuenta que es casi seguro que cuando llegue el momento de cerrar las plantas catalanas, ese cierre no se producirá.
En este contexto, el ministro Aagesen optó el viernes por ganar tiempo. Alardeó de que las eléctricas habían renunciado a bajar impuestos, lo que hasta hace poco era una línea roja para los propietarios de la central nuclear, y para el Ejecutivo, pero se negó a decir qué hará el Gobierno si el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emite un informe positivo sobre la prórroga de tres años del reactor. Algo que puede ocurrir no sólo después de las elecciones autonómicas en Extremadura, sino incluso después de las próximas generales, porque el Consejo tiene hasta la primavera de 2027 para emitir ese informe.
Lo cierto es que en España, en Europa y en el conjunto del mundo, la percepción sobre la energía nuclear ha cambiado completamente, fundamentalmente desde la invasión rusa a Ucrania, y en el caso español, esta posición se ha visto reforzada tras el apagón.
La guerra en Ucrania y las sanciones impuestas por Europa a Rusia expusieron la Gran error que cometió Alemania. cerrar anticipadamente todas sus centrales nucleares y crear una enorme dependencia del gas ruso. Esta dependencia probablemente explica la parálisis en la que ha caído la economía alemana debido a los elevados costes energéticos.
Y el apagón en España, así como las medidas adoptadas por la Comisión Nacional de la Competencia y el operador del sistema eléctrico para intentar evitar que la situación se repita, ha puesto sobre la mesa la importancia de no prescindir de esta energía más estable, que la UE considera verde, y que permite reducir las emisiones de CO2.
Tres años más de margen, como piden las eléctricas, nos darían al menos tiempo para saber si en ese plazo somos capaces de desarrollar sistemas de almacenamiento de la energía generada por renovables, o de aumentar las interconexiones con Francia, lo que también permitiría más estabilidad al sistema. Aunque, en el caso francés, su apuesta nuclear me hace pensar que en los próximos años seguirá, como hasta ahora, poniendo piedras en el camino de esa necesaria interconexión con Europa.
El hecho de que las energéticas no hayan incluido en su petición de prórroga la rebaja fiscal a la energía nuclear, la más castigada desde el punto de vista fiscal, pese a que la presidenta extremeña, María Guardiola, ha ofrecido reducir el tipo autonómico a la mitad, da cierto aire al Ejecutivo para presumir de doblegar a las empresas y poder disimular si finalmente aprueba la prórroga. Sea como fuere, el Ejecutivo haría bien en decir donde digo digo digo Diego, y alargar la vida útil de Almaraz, por el bien de todos.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí