La espera para recibir los cuerpos desespera a los familiares de las víctimas del accidente aéreo en India
Al drama de la pérdida se añade la agónica espera para recibir lo que queda de sus familiares. Apenas 32 cuerpos han sido identificados y 14 han sido entregados tres días después del accidente aéreo que dejó al menos 271 muertos en el estado indio de Gujarat. Es previsible que la factura aumente, porque algunos de los 32 heridos están en situación crítica y los equipos de rescate buscan desaparecidos entre las ruinas del edificio contra el que chocó el Boeing 787 Dreamliner.
El Hospital Civil de Ahmedabad es el epicentro de la tragedia. Ahí se juntan los heridos, los cuerpos y sus familiares. Los lamentos de los últimos sugieren una gestión mejorable. Apenas reciben información de las autoridades mientras esperan que les sean entregados los cadáveres a pesar de que dieron días atrás sus muestras de ADN. Este domingo, les habían asegurado, la tarea estaría concluida. “Durante estos días todo lo que he escuchado es que estarían en 72 horas, 72 horas. Nadie sabe cuándo se cumplirán esas 72 horas. Que acaben ya con este juego del ADN. Queremos verlos, da igual cómo estén, no podemos digerir esto. Son nuestros hijos”, afirmaba un familiar al diario singapurés Straits Times. “Si cuatro días después nos dais algo que apesta, ¿seremos capaces de soportarlo? Decidnos que los cuerpos de nuestros seres queridos están seguros, que no se están descomponiendo”, añadía. La sofocante y pegajosa canícula que azota estos días la zona acrecienta sus temores a pesar de que los médicos les han prometido que están siendo protegidos.
Contra la urgencia confabulan las dificultades técnicas. La explosión del avión contra el edificio, con sus tanques atiborrados de 125.000 litros de combustible, mutiló y calcinó los cuerpos. Sólo ocho han sido identificados visualmente. El resto exige ADN y el estado de los restos sólo permite extraer las muestras de dientes y huesos, un procedimiento más largo que el habitual. Rajnish Patel, una autoridad hospitalaria, ha dicho este domingo a la prensa que los cuerpos identificados “se están entregando a los familiares con todo el respeto”.
Más tiempo llevará averiguar por qué el avión cayó apenas un minuto después de despegar. En Ahmedabad se han juntado todos. A los investigadores indios se han sumado los del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte y los de la Administración Federal de Aviación, ambos estadounidenses, e ingenieros del constructor Boeing y de General Electric, fabricante de los motores. Ha sido encontrada en el tejado del hostal para estudiantes de Medicina contra el que se empotró el avión la caja negra con los datos técnicos del vuelo y se busca la que graba la conversación en cabina. Las autoridades han pedido paciencia mientras los expertos escrutan las imágenes en busca de explicaciones. La falta de propulsión sugiere que fallaron los dos motores y sorprende durante el despegue la inusual posición de los flaps y el tren de aterrizaje desplegado. Ninguna opción ha sido descartada: que el copiloto confundiera las palancas de flaps y tren de aterrizaje, el choque de pájaros contra los motores, un multifallo eléctrico, combustible viciado, el mantenimiento insuficiente… Ni siquiera el sabotaje porque en Gujarat no faltan las tensiones políticas.
Por ahora, ya ha ordenado India la urgente inspección de todos los Boeing 787 con motores de General Electric que operan las aerolíneas nacionales. En el proceso, que se alargará durante dos semanas, se revisará el combustible, la cabina, el control de los motores y los sistemas hidráulicos. Air India ya ha inspeccionado ocho de los 34 aparatos de su flota, ha informado la compañía.
Otro accidente aéreo ha golpeado India este domingo. Los siete ocupantes de un helicóptero han muerto al estrellarse en una popular ruta de peregrinos en el Himalaya. Las autoridades del estado de Uttarakhand investigan las causas, han ordenado inspecciones a todos los helicópteros y sólo permitirán que los pilotos con acrisolada experiencia en alta montaña cubran la ruta en el futuro. Cientos de miles de fieles acuden en estas fechas a las cumbres para visitar a las deidades Shiva o Vishnu y el transporte aéreo le ha evitado las muchedumbres a los más potentados en los últimos años. La opción no parece excesivamente segura: en apenas un mes y medio, se habían registrado en la misma ruta tres aterrizajes de emergencia y dos accidentes.
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