la estrategia implacable del Kremlin
Han pasado más de tres años desde el comienzo de la agresión rusa contra Ucrania. No es un día de respiro, ni una muestra de disposición auténtica para la paz por parte del Kremlin. Moscú ha demostrado desde febrero de 2022 que no se detendrá hasta que alcance sus objetivos estratégicos: el control territorial en el este, la neutralización de Kiev y, en última instancia, la sumisión de la soberanía ucraniana con la lógica imperial rusa es a través de un gobierno de títeres, como fue la de Víktor Yanukquisich a quien las protestas de las protestas de las placas de matada a la doncella de la doncella de la criada. Esta es precisamente una de las obsesiones de Moscú, que continúa calificando las protestas democráticas contra el gobierno títere de Moscú como un golpe de estado. Sin embargo, en este punto, el aparato de poder del Kremlin se conformaría con un gobierno con simpatías rusas, pero no necesariamente sometidas a sus dictados, aunque todavía están determinados en la neutralización o Finlandia de Ucrania.
1. Objetivos de Moscú: Donbás, Azov Mar y «Finlandia»
Las ambiciones rusas eran claras incluso antes de que las primeras blindadas cruzaran la frontera en febrero de 2022. Putin se había establecido como un objetivo para consolidar el control sobre Donetsk, Lugansk, Járkov y Zaporiyia, además de evitar que Ucrania se integrara en estructuras euroatlánicas. El modelo de referencia fue el que la URSS impuso en Finlandia en 1946, después de la derrota soviética en la breve guerra de Finlandia (octubre de 1939 a marzo de 1940), los soviéticos no querían un vecino con soldados tan formidables en sus fronteras. La URSS impuso que Finlandia declaró neutral, ya que también se impuso a Austria.
Un documento atribuido al FSB filtrado en marzo de 2025 detalló que «Rusia no aceptó aceptar un acuerdo antes de enero de 2026», ya que el Ejército calculó los avances de entre 80,000 y 200,000 metros cuadrados de tierra por día en ciertas fases ofensivas. El objetivo declarado era empujar las líneas más allá del dnieper y llegar a la mesa de negociación con todo el donbás en sus manos.
Sin embargo, un estudio realizado por el Royal United Services Institute (RUSI) en Londres advierte que la conquista total del 30% de los Donbas incluso fuera del control ruso requeriría cuatro años y dos millones de bajas. Un «costo inodestable incluso para Rusia y su propaganda y dispositivo de información errónea». Esa estima de la narrativa de victoria fácil y confirma la lógica de desgaste a la que se aferran Moscú.
2. El costo humano y material: Ucrania devastada
El precio de esta guerra para Ucrania es devastador. Según las cifras oficiales y las estimaciones internacionales:
●Civil: La ONU calcula hasta julio de 2025 13,883 civiles muertos y 35,548 heridos.
●Militar ucraniano: El presidente Zelenski reconoció en febrero de 2025 más de 46,000 soldados muertos y alrededor de 380,000 heridos. Otras estimaciones aumentan la cifra a 60,000-70,000 muertos.
●Militar ruso: Reino Unido estimado en junio de 2025 que Rusia ha sufrido más de un millón de víctimas, incluidas aproximadamente 250,000 muertos.
En total, Ucrania ya supera las 400,000 bajas militares y enfrenta la destrucción de más de veinte ciudades medianas y grandes. El Mar de Azov, monopolizado por Rusia, es otra pérdida estratégica.
La masacre de Bucha, en marzo de 2022, sigue siendo el símbolo más desgarrador: cientos de civiles ejecutados, muchos con las manos atadas. La ONU lo describió como un crimen de guerra y la CPI abrió investigaciones.
3. El régimen ruso: entre zarismo y gulag
El régimen de Putin se mantiene en el poder absoluto y la represión de la FSB, con un control sobre las redes sociales y las conversaciones privadas (intervenciones telefónicas masivas) ha expandido sus competencias en seguridad interna hasta que administra sus propios centros de detención. Muchos oponentes ya hablan de una reedición de Gulag.
Algunos analistas argumentan que Putin es «el mal menor»: si cayó, podría surgir una articulación aún más ultranacionalista, con ambiciones directas hacia el Báltico, el este de Polonia o Asia Central. El intento de desestabilización en Azerbaiyán, frustrado en 2025, es una muestra de esto.
Putin no oculta su ambición imperial: considera la desaparición de la URSS como «la mayor tragedia del siglo XX» y busca volver a emitir el imperio ruso de Pedro El Grande, o al menos obtener los estados fronterizos con Rusia para aceptar la sumisión a Moscú o al menos están relacionados. En Rusia existe una obsesión con la vulnerabilidad de las llanuras y estepas rusas, por lo que la estrategia diplomática y militar de Moscú tiene como uno de sus principales objetivos para controlar o al menos neutralizar todo su vecindario.
4. Diplomacia de humo y fuego real
Rusia ha utilizado la diplomacia como teatro: promesas de paz y, en paralelo, bombardeos. El ataque del 28 de agosto de 2025 contra Kyiv lo confirmó: un misil de crucero golpeó la delegación de la Unión Europea, destruyendo un bloque residencial y dañando seriamente la sede de la comunidad. No fue un error o una falla técnica, fue un aviso brutal para la UE: «Podemos comunicarse con usted cuando y como queramos». El delegado de la UE en Ucrania, Katarina Mathhernová, mostró una sangre fría digna de elogios en una entrevista en la BBC en la que no dejó la más mínima duda, fue un ataque deliberado.
El presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró: «Ninguna misión diplomática nunca debería ser un objetivo. Rusia ha cruzado una línea roja inadmisible».
La UE convocó al gerente de negocios ruso en varias capitales y prepara un nuevo paquete de sanciones. La OTAN, por otro lado, advirtió: «No podemos ser ingenuos con respecto a Rusia».
5ª Europa, entre firme y crack húngara
La reacción europea ha sido firme: sanciones adicionales, refuerzo militar y gira por von der Read para siete países adyacentes a Rusia. Sin embargo, Hungría sin marcar el consenso y se negó a firmar la declaración de condena. Un regalo para Moscú y una cuña que es extraordinariamente peligrosa en este momento.
6. Estados Unidos: Unidad no tan clara.
La división en Washington se preocupa tanto como la grieta húngara en Europa. Trump ha endurecido su discurso contra Putin. Pero su vicepresidente, JD Vance, sorprendido con un mensaje muy diferente. En «Meet the Press», resumió su visión:
«Los rusos han hecho concesiones significativas por primera vez en tres años y medio. Han reconocido que no podrán instalar un régimen de títeres en Kiev y han admitido que habrá alguna forma de garantía de seguridad para la integridad territorial de Ucrania».
Declaraciones desconcertantes, porque no hay indicios de que indique su disposición a sentarse para negociar seriamente un acuerdo de paz duradero y estable. No existe la más mínima indicación de la disponibilidad rusa para negociar la retirada de territorios ocupados, o renuncia territorial o garantías verificables. Moscú continúa atacando mientras Vance habla de concesiones invisibles, sin duda inquietante.
7. Conclusiones: lo que está en juego
La Guerra de Ucrania es mucho más que un conflicto entre dos países. Es el choque entre el imperialismo autoritario y la soberanía democrática.
●Rusia planea prolongar la guerra hasta 2026, pero incluso según los cálculos de Rusi, conquistar que el donbass exigiría cuatro guerra más y ofensivas constantes y dos millones de bajas.
●El costo humano ya es brutal: casi 14,000 civiles muertos, más de 60,000 militares caídos y entre 480,000 y 700,000 víctimas en total, entre muertos y heridos. En el lado ruso más de un millón de bajas de rodillos. Los informes independientes colocan el número de muertos en ambos lados en aproximadamente 1,500,000 muertos.
●La diplomacia rusa es un teatro: mientras finge negociar, destruye hospitales, escuelas y sede diplomática.
●Europa ha demostrado firmeza, aunque con grietas preocupantes como Hungría.
●Estados Unidos transmite una cierta divergencia, tal vez no tanto como una división, y las palabras de Vance abren una brecha peligrosa en el frente occidental.
Ucrania se resiste, pero no solo por sí misma. Resistir en toda Europa. Porque el resultado marcará si el siglo XXI se regirá por la ley o por la fuerza bruta.
*Gustavo de Arístegui es un diplomático y fue embajador en India, Bután, Maldivas, Nepal y Srilanka (2012-2016) Gustvodearistegui.substack.com
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