La justicia condena al autor de los ataques de Southport en los que murieron 3 niñas a una pena mínima de 52 años de cárcel
Un tribunal de Liverpool ha condenado este jueves al joven Axel Rudakubana, de 18 años, a una pena de cadena perpetua con un mínimo de 52 años en prisión por asesinar a tres niñas el pasado verano en la localidad de Southport, en el noroeste de Inglaterra. Unos hechos que provocaron una ola de violencia xenófoba en el Reino Unido tras la publicación de información falsa sobre el origen del atacante en las redes sociales. Rudakubana también ha sido condenado por intentar asesinar a otras 10 personas –ocho de ellas niños–, así como por poseer un arma blanca, producir ricina –una sustancia altamente tóxica– y por descargar un manual de Al Qaeda en internet.
[–>[–>[–>[–>«Estoy seguro de que tenía la firme intención de cometer estos delitos y de que, si hubiera podido, habría matado a todos y cada uno de los 26 niños, así como a cualquier adulto que se hubiera cruzado en su camino», ha dicho el juez Nicholas Goose en la lectura de la sentencia. El magistrado ha tenido en cuenta que el joven era menor de edad cuando ocurrieron los hechos para atenuar la pena, así como el hecho de haberse declarado culpable antes de comenzar el juicio, algo que ha evitado a las familias de las víctimas revivir de nuevo lo ocurrido. A pesar de los atenuantes, Goose ha señalado que es «altamente improbable» que Rudakubana sea liberado en algún momento de su vida y ha destacado su falta de arrepentimiento.
[–>Triple asesinato
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El juez ha leído la sentencia tras la exposición de los hechos por parte de la fiscal del caso, Deanna Heer, quien ha mostrado ante el tribunal las grabaciones de las cámaras de seguridad para hacer una reconstrucción de lo ocurrido. En un período de apenas 15 minutos, Rudakubana bajó del taxi que le llevó hasta el centro comunitario Hart Space de Southport –donde se estaba celebrando una clase de baile infantil sobre Taylor Swift– entró en el local y apuñaló mortalmente a Bebe King, Elsie Dot Stancombe y Alice da Silva, tres niñas de 6, 7 y 9 años de edad. Otras 10 personas resultaron heridas de gravedad y tuvieron que ser atendidas en el hospital.
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Una de las víctimas, la monitora de 36 años Leanne Lucas, ha ofrecido en la sala un estremecedor testimonio sobre lo ocurrido ese día. «Pasé muchos meses pensando en el incidente 24 horas al día, siete días a la semana. Justo cuando sentía que podía tranquilizarme e intentar seguir adelante, el trauma de aquel día vuelve a estar en primer plano. Veo constantemente su cara; han aparecido nuevos recuerdos, y esto seguirá ocurriendo durante el resto de mi vida», ha señalado Lucas. La fiscal del caso también ha leído el testimonio de los padres de Alice da Silva, quienes han asegurado estar «atrapados en una película de terror».
[–>[–>[–>[–>«Violencia extrema»
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A pesar de que uno de los delitos atribuidos a Rudakubana ha sido el de posesión de un manual de Al Qaeda, los hechos no han sido considerados como un ataque terrorista, ya que no ha quedado demostrado que el joven tuviera una motivación política o religiosa en concreto, sino más bien una extrema fijación con la violencia. «Fue una violencia tan extrema, de una gravedad máxima y excepcional, que es difícil comprender por qué se hizo«, ha asegurado el juez Goose. El primer ministro, Keir Starmer, ha anunciado la apertura de una investigación pública y la revisión de la ley antiterrorista para responder con mayor contundencia ante este tipo de ataques.
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Starmer ha tratado de mostrar un mensaje de mano dura y de desmentir las acusaciones lanzadas en los últimos días sobre el supuesto encubrimiento de algunos datos sobre Rudakubana, entre ellos que fue reportado a un programa antiterrorista hasta en tres ocasiones entre 2019 y 2021. Unos datos que la ley impedía que se hicieran públicos, ante el riesgo de que alteraran el proceso judicial cuando este todavía estaba en marcha.
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A pesar de los intentos por controlar el relato, la desinformación ha rodeado el caso desde el primer día. Varias cuentas de extrema derecha compartieron el bulo en las redes sociales que apuntaba a que el atacante era un solicitante de asilo musulmán que había llegado de forma irregular al Reino Unido meses antes de los ataques. La propagación de la noticia falsa obligó a la policía a revelar la verdadera identidad de Rudakubana, nacido en Gales y de padres ruandeses, aunque la revelación no fue suficiente para evitar una de las mayores olas de violencia xenófoba de las últimas décadas en el país.
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