La opinión sobre la llegada del dueño del Oviedo a Asturias: Jesús Martínez tiene deberes
Llega Jesús Martínez por carretera. Literal. En la casa azul esperan ver entrar por la puerta al dueño del Grupo Pachuca en cualquier momento. El empresario mexicano que controla el Oviedo lo hará precisamente la semana en la que el Deportivo rompió la racha de siete jornadas sin perder de los azules. Seguramente el azteca, amante del balón por encima de muchas cosas, dará ánimos y no montará una pataleta por la decepción ante los gallegos. Pero es muy probable que seguidamente apriete a algunos las tuercas y pida, por ejemplo, autocrítica. Sobre todo, porque Pachuca presume que ha hecho una inversión muy grande en el Oviedo para que este curso acabe como todos desean y, de paso, ir recuperando alguno de los dineros adelantados, que no todo va a ser poner y poner.
Así que autocrítica, apretar los dientes y nada de dormirse mirándose el obligo por lo bien que lo hemos hecho hasta ahora. Martínez llega para esto y para presidir algunos actos de corte institucional. Por lo demás, y en lo que viene siendo la materia deportiva pura y dura, algunos de los que dicen que saben de esto se siguen llevando las manos a la cabeza por los pitidos recibidos el domingo por el equipo. La exigencia llega a todas partes y la tropa quiere que el Oviedo suba dando espectáculo. ¿No es la mejor plantilla de Segunda? Pues eso.
De fondo continúa encima de la mesa el luto por Carrión y cómo el técnico sigue apareciendo en los sueños más húmedos de su grupo de viuditas y viuditos. Pero ante todo pesa que el estilo de Calleja no acaba de calar entre las masas, deseosas de jabugo y no de chóped. No les entra por el ojo ya que teorizan con lo que hubiera hecho el exentrenador de Las Palmas con esta plantilla. Fútbol ficción. Por eso bien haría don Jesús en darle algunos mimos al técnico madrileño, que es más que probable que no entienda cómo le caen tantos palos cuando, de momento, está cumpliendo con el objetivo marcado. No hay que descartar que el asunto le esté minando la moral. Así que Martínez tiene un viaje cargado de deberes, ¿oyisti, güey? n
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