La pasión de los ‘expats’ por la costa desequilibra el mercado inmobiliario en torno a Barcelona
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Cuando se pronuncia la palabra ‘inmigración’, en la mayoría de los cerebros de los ciudadanos catalanes y españoles se va formando la imagen de un recién llegado de África, América del Sur o Asia, generalmente con bajo poder adquisitivo y de escasa formación académica, que, al menos al principio, trabajará en empleos más o menos precarios y no cobrará demasiado. Pero resulta que quienes están condicionando decisivamente el mercado inmobiliario en la última década en Catalunya también son inmigrantes, aunque de otro tipo; son, a ojos del ciudadano local, tan diferentes a los otros que generalmente ni siquiera se les llama inmigrantes para no confundirlos, sino ‘expats’.
Llegados principalmente de países del norte de Europa, de resto de la UE, de América del Norte o de zonas ricas de Asia, cada vez tienen más peso en el precio de la vivienda –y por tanto en la composición demográfica- de Barcelona y sus alrededores. Son directivos o trabajadores cualificados, con sueldos altos, que pueden ejercer sus tareas desde cualquier lugar, y eligen Catalunya para instalarse, solos o con sus familias, definitivamente o por unos años, por su nivel de bienestar, su cultura o su gastronomía. Y sobre todo por su clima y su costa. Como su poder adquisitivo es generalmente muy superior al del ciudadano local, las zonas que más les gustan se ponen por las nubes.
“Algo por menos de un millón”
Un hilo en el gigantesco foro global de Reddit, abierto la semana pasada, da pistas sobre qué prefieren estos ‘expats’ en materia de vivienda. En el concurrido subforo ‘Moving to Barcelona’ –‘Mudarse a Barcelona’-, un usuario pregunta por las mejores localidades donde recalar. “¿Zona de Castelldefels vs. Maresme para la vida familiar?”, es la pregunta que encabeza la conversación. Hay respuestas, siempre en inglés, para todos los gustos. “Castelldefels no es excesivamente turístico, en realidad, llegan principalmente excursionistas de un día los fines de semana. Es tranquilo en invierno, excepto en pequeñas zonas cuando hace un domingo agradable. […] Castelldefels es la última parada en la zona 1 de Barcelona para tren/autobús y cuenta con autobuses locales hacia la ciudad, así como un autobús nocturno. Esto encarece la vivienda, pero puedes encontrar algo por menos de un millón”, dice la respuesta más votada. “Hola, llevo más de diez años viviendo en el Maresme; pero tengo varios amigos íntimos que viven en Castelldefels. Ambas opciones son preciosas”, comenta otro.
Estas preferencias son las que también detectan las inmobiliarias que trabajan en Barcelona y alrededores. “Hoy en día lo que está de moda es la costa desde Calafell hasta Sant Andreu de Llavaneres”, concreta Gonzalo Bernardos, profesor de Economía de la UB y director del Máster en Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la misma universidad. “Si se sigue la evolución de los precios en esos sitios en comparación con las zonas interiores la diferencia es muy notable”, añade. En las estadísticas del portal Idealista puede apreciarse como muchos de los municipios que están en esa línea –Vilanova, Sitges, Castelldefels, Gavà, El Masnou, Vilassar de Mar…– han superado en los últimos meses el máximo histórico de precios que se alcanzó durante la burbuja que estalló en 2008. Aunque también lo han hecho otras localidades históricamente caras pero que no están en la costa, como Sant Cugat o Matadepera.
Desde la inmobiliaria Premium Houses, que opera con vivienda de lujo sobre todo en la comarca del Garraf, confirma que “en torno al 70%» de su oferta en poblaciones como Sitges acaba en manos de este tipo de clientes extranjeros de alto poder adquisitivo. Y también que para ellos otro factor importante y diferencial con respecto al comprador local es la cercanía con el aeropuerto.
“Las compras de los extranjeros son el factor determinante”, insiste Bernardos. “Aquí hay mucha gente que cree que no hemos cambiado desde el 90, y no entienden por qué ha subido el precio. Es muy fácil, se llama globalización de la población. Hay extranjeros que vienen a vivir y los que vienen a residir temporalmente”. Tomando la ciudad de Barcelona como ejemplo, y según las estadísticas que publicó el Ayuntamiento el pasado mes de agosto, si en el año 1991 solo un 1,5% de los ciudadanos empadronados en la capital catalana eran extranjeros, este año ya son el 25,4%, más de uno de cada cuatro. Es un crecimiento fulgurante, y los rusos, por ejemplo, han pasado a ser la segunda nacionalidad más frecuente en Diagonal Mar y el frente marítimo del Poblenou, dos de los barrios más demandados por los ‘expats’.
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Respuesta local
En el foro de Reddit dedicado a dar consejos a los extranjeros que quieren mudarse a Barcelona también participan algunos locales. Y la respuesta que uno de ellos da a quien recomendaba Castelldefels porque todavía pueden encontrarse viviendas por debajo del millón de euros resume la opinión de algunos de ellos con respecto a la situación actual del mercado inmobiliario en las zonas tensionadas: “Tío, ¿qué tipo de escala de precio es esa, ‘sí, es un buen precio, es menos de un millón’? La mayoría de los locales estarían buscando apartamentos de 300.000 o 400.000 euros. Y eso incluye Castelldefels”.
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