La realidad virtual ayuda a las personas mayores a reconectarse con la vida real
En cuestión de minutos, los auriculares de un sistema de realidad virtual (VR) pueden transportar a personas de edad avanzada a otro continente, hacerlas bucear en las profundidades del océano o enviarlas a volar en impresionantes expediciones de ala delta, mientras están sentadas en una residencia para adultos mayores. La tecnología las conecta con más fuerza a la vida cotidiana y a sus viejas pasiones.
[–>[–>[–>En numerosas residencias geriátricas, un casco de realidad virtual cambia la rutina diaria: usuarios de 80 y 90 años de edad pueden «viajar» sin límites y vivir experiencias emocionantes sin salir de una sala. Esa actividad virtual, que combina estímulos visuales, auditivos y narrativos, no solo despierta emociones, sino que también impulsa interacciones sociales y recuerdos compartidos entre residentes y sus familias.
[–> [–>[–>Empresas como Rendever han convertido la realidad virtual (VR) en una herramienta diseñada específicamente para adultos mayores, con contenidos curados que fomentan la memoria y el diálogo, según se explica en una publicación de The Associated Press.
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Experiencias compartidas que fortalecen los vínculos humanos
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La plataforma de Rendever ya opera en cientos de comunidades de retiro y residencias asistidas en Estados Unidos y Canadá, y su alcance ha llamado la atención de instituciones públicas: la compañía recibió una subvención de casi 4,5 millones de dólares (3,8 millones de euros) del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos para estudiar cómo la realidad virtual puede reducir el aislamiento social entre personas mayores y sus cuidadores.
[–>[–>[–>Los geriatras y terapeutas que supervisan las sesiones destacan dos efectos complementarios. Por un lado, la inmersión concentra la atención y, en algunos casos, parece mejorar funciones cognitivas a corto plazo, además de potenciar el bienestar.
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Por otra parte, la experiencia compartida, como ver a un compañero reaccionar ante un paisaje o recordar un lugar, genera conversación, risas y vínculos afectivos que superan la propia experiencia. Investigaciones preliminares sugieren que, cuando se utiliza en grupo, la tecnología funciona como catalizador social y cognitivo.
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[–>La realidad virtual como herramienta contra el aislamiento social
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Vale aclarar que la realidad virtual no sustituye actividades presenciales como paseos, terapias ocupacionales o visitas familiares: debe integrarse como complemento que multiplica oportunidades de conexión social y emocional, especialmente para quienes tienen movilidad limitada. Además, el diseño del contenido y la forma de presentarlo son cruciales, para evitar que la tecnología resulte ajena a las personas mayores o las desoriente.
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“Los estereotipos en cuanto a que los adultos mayores no están dispuestos a probar nuevas tecnologías deben dejarse de lado, porque en realidad quieren adaptarse a tecnologías que sean significativas para ellos. Además de ayudarlos a aliviar el estrés, entretenerse y conectarse con otras personas, existe un aspecto intergeneracional que podría ayudarlos a construir sus relaciones con personas más jóvenes, como por ejemplo sus propios nietos’”, indicó a AP Pallabi Bhowmick, investigadora de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, que actualmente estudia y analiza estas experiencias.
[–>[–>[–>Los testimonios recogidos en centros estadounidenses y canadienses describen escenas sencillas pero reveladoras: padres que comparten una sesión con hijos y reviven viajes, parejas que conversan sobre lugares que creían perdidos y vecinos que, gracias a la realidad virtual, encuentran temas nuevos para conversar en la mesa del comedor. Estas interacciones, aunque nacen en un entorno virtual, fortalecen la vida real al provocar encuentros y situaciones positivas.
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