la resignación rojiblanca, el pequeño fin del gafe cántabro, el disfraz de pingüino que dio suerte a Dubasin, y un doble lateral de «homenaje» a Dorado

La resignación de un cuento ya contado
El mayor problema es la resignación. Porque la sensación en un partido en El Molinón en la grada es ya de tirar la toalla, de una temporada que se ha escapado, cuando se había vuelto a iniciar bien y metido en la pomada. Y duele más esa sensación de esperar que cualquier jornada será la del cambio. Conscientes de que posiblemente no sirva para engancharse un cambio de rumbo, pero que al menos aparezca un atisbo de ilusión, de ver una reacción.
Por eso es triste ver que la pobre dinámica no desaparece. Un solo triunfo en trece jornadas. Tres y meses y medio en los que el Sporting ha ganado solo un partido. Entre diciembre, enero, febrero y ya la mitad casi de marzo los rojiblancos únicamente superaron al Burgos. Así, lógicamente, es imposible poder encontrar un mínimo aliento positivo. Ante el Racing esa resignación se vivió con un cuento ya contado. El Sporting empezó como una moto, marcó pronto, tuvo ocasiones, dominó, pero no sentenció. Y el rival aprovechó lo que tuvo casi en una de sus primeras aproximaciones tras el descanso. Albés sigue sin dar con la tecla. Lo extraño es que salvo algún pitido puntual, no ha existido un clamor para cuestionarle. Una racha que pudo con otros entrenadores, pero esta vez parece que la resignación vence, para un final de Liga largo y sin motivación.
La suerte del disfraz de Alberto Fernández: la vida es un carnaval y el Sporting es el «pingüino» Dubasin
El Antroxu se acabó en Gijón el pasado martes con el entierro de la Sardina. Como cantaba Celia Cruz, «La vida es un carnaval». Y a ello habrá que sumarle que el Sporting es Dubasin. Otra vez más fue protagonista. Segunda semana seguida marcando para sostener a los rojiblancos. Cada semana que pase sin que se amarre la ejecución de su opción de compra puede agravar ese temor de perderle el curso que viene. El «pingüino» es el ídolo de la grada. Y ante el Racing tuvo un apoyo especial, el del avilesino Alberto Fernández, de nueve años, disfrazado de pingüino, con el 17 de a la espalda. Le dio suerte, y en la grada Este Alberto lo celebró a lo grande el gol con su padre Róber.
El plan ¿valiente para acabar el partido? Recuerdo y homenaje a Dorado, en un cierre con doble lateral zurdo
Fue un partido de muchos guiños. Miguel de las Cuevas, el goleador de la última victoria del Sporting en El Bernabéu, allá por el año 2011, fue homenajeado al inicio, con El Molinón en pie. Volvió a sonar aquel «Miguel, Miguel, Miguel de las Cuevas…». Se añoró también esos años en los que todos tenían canción, la de Barral, la de Bilic, la de Gregory, la de Matabuena, la de Luis Morán… Pero el momento más emotivo fue el recuerdo para Dorado, con el minuto de silencio –también lo hubo para otro ex, José Antonio Martínez–. Dorado llegó al Sporting para darle algo de luz al lateral izquierdo, en la época de sombras y tránsito largo por Segunda tras el descenso de 1998, tras pasar sin pena ni gloria Mingo, Rivarola o Tasevsky. De Dorado queda par el recuerdo un golazo ante otro Racing, el de Ferrol, desde el medio del campo. El recuerdo se completó por parte de Albés, acabando con dos laterales zurdos el partido. ¿Fue un plan valiente para acabar el partido o e se daba el punto por bueno?
El encanto de ver una fiesta en la grada con las aficiones mezcladas
En la previa del partido, un grupo de aficionados, desplegaron una pancarta reivindicativa «#Derechos para la afición», pidiendo más respeto para los que verdaderamente sostienen el fútbol, que son los aficionados que están en las gradas, tanto los locales como los visitantes que se mueven. Una reivindicación de FASFE (Accionistas y Socios del Fútbol Español), en una tarde muy especial, de un nuevo duelo entre Sporting y Racing con ambientazo, esta vez en El Molinón, como sucede también cuando toca en El Sardinero. Con aficiones mezcladas en la grada, desplazamientos masivos, sin ningún problema.
Al menos el Sporting ya sabe puntuar ante el Racing de Santander: a la séptima llegó la vencida
En las últimas tres temporadas, desde el retorno del Racing a Segunda, al final acababa saliendo siempre cruz para el Sporting en los enfrentamientos ante el conjunto cántabro. Todo derrotas en los seis anteriores enfrentamientos –incluyendo el último de Copa del Rey–. Esta vez al menos el Sporting rascó un punto, que le sirve de poco, y al Racing, acostumbrado a ganar a los gijoneses en partidos correcalles o que se decidían por detalles, esta vez se fueron con un sabor de boca de El Molinón, porque se mantienen en la pelea arriba, suman y posiblemente tuvieron una de sus actuaciones más flojas ante el Sporting. También José Alberto prolongó su idilio contra el que fuera su exequipo. Siete victorias, dos empates y una derrota es su balance en sus reencuentros con el Sporting.
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