EL Real Federación Española de Ciclismo se fortaleció tras la renovación de las comisiones de la Union Cycliste Internationale. La UCI ha formalizado la nueva composición de estos órganos para los próximos cuatro años, una lista que incluye siete nombres españoles y que consolida la influencia de nuestro país en distintos ámbitos del ciclismo mundial.

El presidente federal, José Vicioso Soto, se incorpora a la comisión de prueba, disciplina en la que España siempre ha brillado. María González de la Rosa, titular de la Comisión Técnica de Árbitros, se suma a la comisión de comisionados de la UCI para aportar su conocimiento en materia regulatoria. Por su parte, Begoña Luis Pérez, entrenadora paralímpica, formará parte del grupo encargado de velar por el desarrollo del ciclismo adaptado, ámbito en el que nuestro país ha logrado importantes avances.

También contará con la presencia de la élite deportiva: Felipe Orts, uno de los grandes nombres del ciclocross internacional, representará a los corredores dentro de la comisión de atletas de su modalidad, ofreciendo una visión directa de la competición.

A nivel organizativo, España también coloca piezas clave. Javier Guillén, director general de LaVuelta y recientemente elegido presidente de la Asociación Internacional de Organizadores de Carreras (AIOCC), se incorpora al Consejo del Ciclismo Profesional. No estarás solo: Kiko García, director técnico de LaVuelta, y Sonia Martínez, responsable de la Vuelta a Burgos femenina, ejercerán como representantes de la AIOCC en las competiciones masculina y femenina, respectivamente.

Este reparto de cargos se produce tras el proceso electoral organizado durante el congreso de la UCI el pasado mes de septiembre en Kigali (Ruanda), donde se eligió el nuevo comité director que ha dado forma definitiva a las comisiones.

Una presencia femenina sin precedentes

Uno de los elementos más celebrados de la RFEC es la promoción de la igualdad. Con González de la Rosa, Luis Pérez y Martínez ocupando puestos estratégicos, la participación femenina supera por primera vez el 40%. No se trata de un gesto simbólico: es una señal de que la federación española está avanzando hacia un modelo de gobernanza más plural e inclusivo, en línea con las exigencias actuales del deporte internacional.

La presencia española en estos órganos no sólo reconoce el trabajo acumulado en las diferentes especialidades, sino que abre una ventana de influencia directa en la toma de decisiones que marcarán el rumbo del ciclismo mundial en los próximos años. Para la RFEC, esta es una excelente oportunidad para seguir defendiendo y proyectando su visión del deporte a escala global.