La Santina estrena manto en la Basílica
Un renovado manto para la Virgen de Covadonga de la Basílica del Sagrado Corazón. Los feligreses y curiosos que se acerquen estos días hasta el céntrico templo gijonés podrán observar que la talla de la Santina luce de verde. Acorde con el tiempo litúrgico ordinario, se le ha colocado un manto de este color, pero no es uno cualquiera, ya que llegó hace pocos días para sustituir al anterior que contaba con casi un siglo de historia. «El manto de color verde se ha ido estropeando y decidimos cambiarlo. Lo esperábamos para el próximo año, que era lo que había acordado el bordador, pero el plazo se ha adelantado y lo hemos podido inaugurar para la Novena de la Inmaculada», explica Manuel Robles, rector de la Basílica.
[–>[–>[–>Su encargo se produjo hace medio año, cuando contactaron con Juan José Barber, bordador de Valencia que también se encarga de las piezas que lucen en la Catedral de Oviedo o en el Santuario de Covadonga. «Es un manto muy bonito y la idea es conseguir próximamente el blanco para tener todos los colores litúrgicos, que no lo tenemos», apunta Robles que también señala que «no es sencillo, ya que cada uno está valorado en 5.000 euros».
[–> [–>[–>El terciopelo que se le ha otorgado a la imagen de la Santina también ha sido gracias al esfuerzo de la Hermandad de las Águedas que ha colaborado para que la Virgen luzca de verde y con toques vegetales en dorado. «Cada tiempo litúrgico se pone uno diferente: tiempo ordinario es verde, Pascua es blanco, por la fiesta de Covadonga es rojo… y además, hay que ir usándolos porque con esta humedad, si los guardamos mucho tiempo se estropea», remarca el rector de la Basílica.
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La alegría que comparten en la Basílica también la muestran los visitantes que ya han podido conocer esta nueva capa. «La devoción a la Virgen en Asturias es muy grande, sobre todo a la de Covadonga, y Gijón le tiene mucha devoción», menciona Robles, añadiendo que todavía están valorando que hacer con el manto antiguo. «Igual lo regalamos a unas monjas que le sepan dar juego. Está un poco estropeado, pero ellas tienen mucha idea e igual les sirve para sacar uno más pequeño, pero va a seguir teniendo uso», asegura el responsable eclesiástico de la Basílica.
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