Investigaciones anteriores han relacionado una forma de terapia hormonal con el deterioro cognitivo leve y la demencia en mujeres mayores de 65 años, lo que llevó a investigar la importancia de la edad y el momento del tratamiento en el deterioro cognitivo. Otros estudios han sugerido que el estrógeno transdérmico puede tener beneficios cognitivos a largo plazo.

Un estudio anterior asignó al azar a mujeres con menopausia temprana y buena salud cardiovascular a recibir uno de dos tipos de terapia de reemplazo hormonal (estrógeno oral o transdérmico) o un placebo.

Después de cuatro años, no se observó ningún beneficio o daño cognitivo en las personas que recibieron terapia de reemplazo hormonal en comparación con el grupo de placebo. Sin embargo, los efectos cognitivos a largo plazo de la terapia de reemplazo hormonal aún no se han estudiado adecuadamente.

En este nuevo estudio de seguimiento, dirigido por Carey Gleason de la Universidad de Wisconsin-Madison, EE. UU. (el Estudio de Continuación KEEPS), los investigadores llamaron a los participantes casi diez años después para repetir una serie de pruebas cognitivas.

Entre 275 mujeres, aunque la terapia de reemplazo hormonal no logró proteger contra el deterioro cognitivo, la terapia de reemplazo hormonal a corto plazo tampoco tuvo un impacto cognitivo negativo a largo plazo.

Estos hallazgos podrían tranquilizar a las mujeres que están considerando la terapia de reemplazo hormonal, al tiempo que se suman al creciente conjunto de investigaciones que respaldan la importancia de planificar la terapia de reemplazo hormonal.