La tristeza no es un signo de debilidad.. Todos sentimos esta emoción a lo largo de nuestra vida, porque sin ella no se entendería la felicidad. Es completamente normal sentirnos tristes cuando perdemos a un ser querido, terminamos una relación importante, fracasamos en un proyecto o nos vemos incapaces de alcanzar las metas que nos proponemos. A veces nosotros mismos somos nuestro peor enemigo y requisitos personales Nos hacen sentir incompetentes y desmotivados.

Cada vez es más normal no ser la persona más feliz del mundo cada día de nuestra vida. Además, compartir momentos difíciles con los demás y exteriorizar cómo nos sentimos tiene beneficios para afrontar la situación. Para empezar, la especulación disminuye de quienes notaron tu cambio de humor. Y, si son personas cercanas a nosotros, al señalar nuestro malestar, no sólo nos expresamos, sino que también organizamos nuestros pensamientos y nos abrimos al reconfortante apoyo colectivo. Esto en sí mismo intenta explicar la Marian Rojas, psiquiatra nos anima a entender la tristeza como un proceso de mejora y reflexión en nuestra vida.