Un estudio nacido en Gijón pide la creación de programas para detectar «a tiempo» la fragilidad en pacientes con párkinson
Un estudio transversal y novedoso impulsado en Asturias que encuentra asociación existente entre la fragilidad y el deterioro cognitivo en los pacientes con párkinson y que pide contar con programas para detectar ambas condiciones y «revertirlas». Así es el trabajo desarrollado por la fisioterapeuta gijonesa y profesora en la Universidad de Oviedo, María Cruz Sousa, junto a la catedrática de la facultad de Psicología, Nélida María Conejo; el profesor de la Universidad de Vigo Gustavo Rodríguez, y David Lastre, fisioterapeuta del Hospital de Jove.
[–>[–>[–>[–>Teniendo en cuenta que la presencia de la fragilidad es común en personas con párkinson, estos profesionales intentaron analizar la relación existente entre la fragilidad y el deterioro cognitivo en ellas para establecer las características de la enfermedad que están asociadas a la fragilidad. “Es un concepto que implica vulnerabilidad en su estado de salud. Entonces, esa fragilidad lo que implica es que se tiene mayor riesgo de tener eventos de salud adversos, como sufrir más caídas e ingresos hospitalarios”, señala Lastra.
[–>Para ello, los responsables de este trabajo -el cual ha sido ahora publicado en una revista de alcance internacional- realizaron las pruebas necesarias entre enero de 2022 y junio de 2023 con 90 pacientes, de los cuales un 60% eran hombres y cuya edad media era de 73,5 años. Estas pruebas fueron unas entrevistas de en torno a dos horas de duración. Estas comenzaron llevándolas a cabo en Gijón, con la colaboración de distintas asociaciones y el servicio de rehabilitación a domicilio, y más tarde las completaron en domicilios o sedes de entidades de otras ciudades de la región, como Oviedo, Avilés y Mieres. “Consideramos que las evaluaciones debían realizarse en un entorno conocido y amigable para los pacientes para que los resultados no estuvieran influenciados por un entorno desconocido”, apunta Sousa.
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“En primer lugar, analizamos sus condiciones de salud a nivel cognitivo e hicimos una escala de fragilidad», explican. Y aseguran: “Sin lugar a dudas, hemos descubierto una clara relación entre el deterioro cognitivo y la fragilidad porque extrajimos datos en los que vimos que si los pacientes eran más frágiles tenían peor rendimiento cognitivo en las pruebas al presentar un deterioro de las funciones cognitivas dependientes de regiones corticales y subcorticales”. “Esto conlleva un mayor aumento de la vulnerabilidad en este perfil de pacientes, dado que la fragilidad puede predisponer la aparición de complicaciones de salud”, completan.
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Ahora, de cara al futuro esperan que a nivel nacional y regional se implementen programas de detección temprana de la fragilidad y la función cognitiva en estos pacientes. “Estas dos condiciones se pueden revertir. Si una persona es frágil se puede mejorar su estado, volviendo a la prefragilidad o a la robustez si se detecta a tiempo. Por ejemplo, un programa de fisioterapia puede mejorarlo y esto ayudaría a bajar los efectos adversos en la salud de los pacientes y también a nivel económico por los costes generales de que ingresen continuamente”, subraya Lastra.
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