La UE celebra con cautela el acercamiento a un alto el fuego en Ucrania mientras se rearma frente a Rusia

Los líderes de la Unión Europea (UE) se reúnen este jueves en Bruselas para debatir el plan de rearme y refuerzo de la política de seguridad y defensa del bloque frente a la amenaza de Rusia que la Comisión ha presentado esta semana, con un ojo puesto en las negociaciones diplomáticas para un alto el fuego en Ucrania.
La última vez que los líderes de la UE se reunieron, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, llegaba a Bruselas tras haber sido humillado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca. Zelenski viajó a la capital belga en busca de un apoyo más simbólico que sustancial en plena crisis diplomática. Apenas dos semanas después, el presidente volverá a dirigirse a los líderes –esta vez por videoconferencia– para informarles de los avances en la negociación con Washington para un alto el fuego.
Después de hablar por teléfono con Zelenski, el presidente del Consejo Europeo, António Costa, calificó de «alentadora» la conversación entre Trump y el ucraniano. «Detener los ataques contra la energía y otras infraestructuras civiles sería un primer paso real e importante hacia el fin de la guerra», dijo Costa el miércoles. Entre los líderes hay algo de esperanza, pero también mucha desconfianza.
Para el primer ministro luxemburgués, Luc Frieden, la llamada entre Zelenski y Trump es importante. «Pero un alto el fuego por sí solo, claro, no es una paz duradera«, ha dicho Frieden a su llegada a la cumbre. «Lo que necesitamos es una paz duradera que garantice que en el futuro Rusia no está tentada de atacar otra vez ni a Ucrania, ni a otro país», ha añadido el luxemburgués, que insiste aquí en la importancia de las garantías de seguridad.
«Rusia es y será una amenaza permanente para la Unión Europea», ha dicho a su llegada a Bruselas el primer ministro finlandés, Petteri Orpo, que ha celebrado los avances para reforzar las capacidades de defensa de la UE. «Es importante que estemos este preciado tiempo que Ucrania está comprando para nosotros para reforzar nuestras capacidades militares», ha dicho en este sentido el presidente de Lituania, Gitanas Nausedas. «Tenemos que rearmarnos porque de lo contrario, seremos la siguiente víctima de Rusia», ha insistido el lituano.
Fuentes comunitarias aseguran tener información de inteligencia que apuntaría a un posible ataque del Kremlin en territorio europeo para poner a prueba la capacidad de respuesta, de aquí a tres o cinco años. «Si invertimos suficiente en defensa, si desarrollamos nuestras capacidades, disuadiremos al agresor de atacarnos«, ha dicho la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, a la prensa.
Ese es el horizonte temporal que maneja la Comisión Europea y por eso se ha marcado 2030 como fecha límite para reforzar la política de seguridad y defensa de la Unión Europea. El pasado miércoles, la propia Kallas y el Comisario de Defensa, Andrius Kubilius, presentaron el conocido como libro blanco que identifica las principales amenazas para el bloque y las potenciales respuestas. Gran parte de lo que propone Bruselas está ya sobre la mesa, pero necesita un impulso político que hoy los líderes deberán dar en la cumbre.
Rearme
En las últimas semanas, la Comisión ha puesto sobre la mesa varias iniciativas para reforzar la política de seguridad y defensa europea y aumentar el gasto militar en 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años. El plan pasa por relajar las normas fiscales para dar margen presupuestario a los gobiernos y por un nuevo instrumento por valor de 150.000 millones en préstamos para compras conjuntas.
Para Bruselas, agregar la demanda y comprar armas ‘made in Europe’ es fundamental para desarrollar la industria del continente, y reducir dependencias al tiempo que se hace frente de manera más rápida y eficiente al aumento de la demanda. Aunque la Comisión no se mete en qué hace cada país con su presupuesto, el instrumento común deberá utilizarse para adquirir armas con al menos un 65% de componentes europeos. Además, aunque podrán participar terceros países -entre ellos Ucrania- deberán tener un acuerdo de seguridad con la Unión. Esto excluye a aliados importantes como Reino Unido o Estados Unidos.
La reacción de los líderes al plan es generalmente positiva, pero algunos piden más. «Es un primer paso», ha dicho la primer ministra letona Evika Siliņa que se ha abierto a explorar nuevos instrumentos de financiación. En este sentido, aquellos países con menor margen fiscal, como Grecia, también piden más instrumentos europeos.
«Necesitamos más flexibilidad para invertir», ha dicho el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, que ha celebrado la relajación de las normas fiscales. Sin embargo, el griego pide ser «más ambiciosos» y explorar la posibilidad de poner en marcha préstamos conjuntos para financiar compras también conjuntas. Algo que Estonia comparte. «Aspiramos y esperamos algún tipo de programa de subvenciones centralizado, especialmente para el flanco Este», ha dicho el primer ministro Kristen Michal.
Ucrania
Para Europa su seguridad está inevitablemente vinculada a la de Ucrania. A pesar de los esfuerzos diplomáticos para lograr un alto el fuego, los líderes consideran que hay que mantener el apoyo militar a Kiev para que esté en una posición de fuerza, sean cuales sean las circunstancias. Sin embargo, los Veintisiete no logran ponerse de acuerdo en un nuevo paquete de ayuda.
Kallas defenderá ante los líderes su plan para movilizar 40.000 millones de euros en asistencia militar. Los que plantea la jefa de la diplomacia europea son contribuciones nacionales en base al peso económico de los países. Pero esta opción no convence a quienes han aportado más, ni a las grandes economías de la UE para quienes el esfuerzo sería sustancial.
Fuentes diplomáticas de varios puntos del continente rebajaban esta semana las expectativas sobre un posible acuerdo en la cumbre. Pero mientras ese acuerdo llega, Kallas ha instado a los países a que contribuyan al menos para hacer frente a las necesidades inmediatas de Ucrania, sobre todo de munición. «Ucrania necesita munición y misiles de largo alcance y estamos listos para proveerlos», ha dicho el presidente lituano Gitanas Nausedas.
Kallas también espera que una vez se aplique la suspensión de las reglas fiscales, las reticencias de ciertos países del sur se relajen y hagan además uso del fondo común no solo para reforzar sus ejércitos sino también para apoyar a Ucrania. «Cuanto más fuertes estén en el campo de batalla, más fuertes estarán en la mesa de negociaciones», ha dicho la estonia.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí