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La UE extiende la tasa de carbono en frontera a lavadoras o puertas de coches para evitar deslocalizaciones

La UE extiende la tasa de carbono en frontera a lavadoras o puertas de coches para evitar deslocalizaciones
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  • Publisheddiciembre 17, 2025



El objetivo de la reforma, anunciada este miércoles, es impedir que los importadores establezcan instalaciones en Turquía u otros países vecinos para transformar materiales sujetos al CBAM en productos acabados antes de introducirlos en la UE, con el fin de evitar el impuesto.

Europa es la primera región del mundo que ha aprobado un impuesto fronterizo al carbonolo que constituye una de las piezas centrales de su estrategia para combatir el cambio climático. Una iniciativa que afecta especialmente a países como China o India, que denuncian que se trata de una iniciativa proteccionista.

El objetivo de Bruselas es evitar la deslocalización de empresas europeas -que tienen que pagar por sus emisiones en el mercado europeo de CO2- a países con normas medioambientales menos exigentes. Después de dos años de pruebas, Los importadores deberán empezar a pagar la tasa a partir del 1 de enero de 2026.

Precisamente, el pasado mes de junio la UE aprobó simplificar el CBAM introduciendo un nuevo umbral de exención de 50 toneladas por importador al año. Esto significa que la mayoría de las PYME y los particulares estarán exentos del impuesto, que, sin embargo, seguirá cubriendo el 99% de las emisiones de bienes importados, según Bruselas.

La reforma de este viernes pretende cerrar los últimos vacíos detectados en la normativa para evitar la elusión fiscal. En primer lugar, Bruselas amplía el alcance del CBAM para incluir 180 productos intensivos en acero y aluminio, con el fin de evitar que su fabricación se traslade a países con políticas climáticas más débiles.

La gran mayoría (94%) son materiales de la cadena de suministro industrial utilizados en maquinaria pesada y equipos especializados, como cables, cilindros, radiadores industriales o máquinas de fundición.

Pero también se incluye una pequeña proporción de productos para el hogar, como lavadoras (compuesto por 60% acero, 5% aluminio y 5% cemento).

Bruselas sostiene que el efecto sobre los precios al consumo será muy pequeño, dado que la mayoría de estos bienes no llegan directamente al comprador final, sino que se integran como componentes intermedios en otros productos. Donde se espera un impacto más visible es en el sector de materiales de construcción.

Paralelamente, el Ejecutivo comunitario ha anunciado la puesta en marcha de un mecanismo temporal de apoyo de dos años a los productores más expuestos al riesgo de fuga de carbono, que se financiará en parte con los ingresos generados por el CBAM.

La iniciativa busca compensar la pérdida de competitividad en los mercados de terceros paísesdonde los productos europeos podrían ser desplazados por alternativas más baratas y con mayores emisiones, lo que podría acabar aumentando las emisiones globales.

«Esta reforma ofrece a nuestras industrias la posibilidad de reforzar su posición en Europa y en el extranjero. Pondrá fin a la injusticia frente a sus competidores extranjeros. Es una buena reforma, esperada por muchos sectores», afirmó el vicepresidente de la Comisión responsable de Industria. Stéphane Séjourné.



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