Lachlan Murdoch controlará el imperio mediático tras un pacto de 3.300 millones con tres hermanos
La saga de la familia Murdoch, apellido clave en el mundo de la información y el conservadurismo y una de las más claras fuentes de inspiración de la serie ‘Succession’, ha llegado al capítulo de resolución. Tras décadas de luchas internas y meses de negociaciones, este lunes se anunció un acuerdo entre los miembros de clan que satisface los deseos del patriarca, Rupert Murdoch, de mantener la línea ideológica de su imperio cuando él ya no esté. Tiene 94 años.
Lachlan Murdoch, su hijo predilecto y el tercero de los seis que ha tenido en sus cinco matrimonios, será quien regente durante décadas ese mastodonte que incluye Fox Corporation y News Corp. Lachlan, de 54 años, ya preside desde 2023 el imperio, que engloba a medios como Fox News, ‘The Wall Street Journal’, ‘New York Post’, ‘The Times’ y ‘The Sun’ en el Reino Unido y ‘The Australian’.
Para garantizar el control futuro se ha sellado el pacto que se conoció el lunes, por el que Lachlan pagará 3.300 millones de dólares, repartidos a partes iguales, a tres hermanos: Prudence, Elizabeth y James. La primera es fruto del primer matrimonio de Rupert Murdoch, con Patricia Booker, y los dos segundos, como Lachlan, los tuvo con su segunda esposa, Anna Mann.
Esos 1.100 millones por barba comprarán las acciones que tienen cada uno en la sociedad familiar. Y mediante el acuerdo se establece que desaparecerá el actual fideicomiso y se establecerá uno nuevo, que existirá hasta 2050 bajo control de Lachlan. En ese estarán integradas dos hermanas menores, Chloe y Grace, fruto del matrimonio del patriarca con Wendi Deng y ahora veinteañeras.
Polarización y «proyecto armonía»
Esta saga no es, en cualquier caso, solo una cuestión de dinero o acciones o de disputas familiares. Es una historia de poder e ideología. Porque la familia Murdoch, como ha sucedido en la política a nivel global, y en parte gracias a la contribución del influyente potente conglomerado mediático del patriarca, se ha ido polarizando.
Solo Lachlan mantuvo la vena conservadora del fundador, aunque sea con una vena más libertaria, mientras Pru y Liz, y en menor medida James, iban alejándose con posiciones menos reaccionarias.
En gran parte por eso Rupert Murdoch y su vástago favorito intentaron hace meses sacar unilateralmente a los otros tres hermanos mayores de una ecuación que el patriarca había establecido durante su divorcio de su segunda esposa. En aquel acuerdo de divorcio repartía el control de su imperio una vez muriera a partes iguales entre sus cuatro hijos mayores (la herencia económica del magnate, cuya fortuna está valorada en 10.600 millones de dólares, se dividirá a partes iguales entre los seis una vez que fallezca ).
Intentando desarticularlo, plantearon una operación que bautizaron, sin ironía, “Proyecto armonía de familia”. Pero Pru, Liz y James presentaron una denuncia en un tribunal de Nevada, que les dio la razón y dijo que su padre estaba actuando «de mala fe» intentando sacarles de la sociedad. Tras aquella decisión empezaron apelaciones y recursos y, también, las negociaciones que han concluido con el acuerdo anunciado este lunes.
Poder
Rupert Murdoch ha conseguido, así, la meta que buscaba, asegurando que el imperio seguirá con las riendas en manos de Lachlan, al que una vez definió como “el mejor para llevar el negocio, respetado dentro y fuera”.
Al “sucesor”, por su parte, la operación le ha salido económicamente cara y tendrá que pagar a sus hermanos más dinero de lo que nunca antes les había ofrecido por sus acciones, según las fuentes anónimas con conocimiento de las negociaciones previas que citan medios estadounidenses. Pero hay cosas que tienen más valor que su precio, y Lachlan eleva su estatus de influencia y poder no solo en el mundo mediático, sino en el de la política. De tal palo, tal astilla.
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