Les pido que lo cuiden mucho

La bióloga argentina Sandra Myrna Díaz, que en 2019 compartió el premio «Princesa de Asturias» de Investigación Científica y Técnica con Joanne Chory, ha regresado a Oviedo. Ha venido a clausurar el programa educativo «Toma la palabra», en una edición extraordinaria y extendida por el décimo aniversario de la presidencia de la Princesa Leonor. Su estancia en Asturias comenzó con un paseo matinal por el Campo San Francisco, ayer, junto a un centenar de estudiantes de Secundaria. Sandra Myrna Díaz no tardó mucho en hacerles ver lo afortunados que son por su vecindad con un espacio tan especial: «No sé si ustedes se dan cuenta del privilegio que significa pasar en su camino cotidiano por un espacio como este; les felicito y les pido que lo cuiden mucho». En un parterre, entre el paseo del Bombé y el kiosco de la Chucha, la bióloga plantó un carbayo para la posteridad y estampó su firma en una placa que se colocará a sus pies.
Durante ese circuito matutino por el céntrico parque ovetense, la bióloga conversó con los chavales y les planteó algunas cuestiones. «¿Esto es naturaleza?», por ejemplo. Eso sucedió a los pocos minutos de su encuentro y tras haber escuchado las primeras explicaciones de Tomás Emilio Díaz, catedrático emérito de Botánica de la Universidad de Oviedo, que fue quien introdujo y guio al grupo por los senderos del Campo San Francisco –Campo San Francisco, advirtió; nunca Parque San Francisco–. Ante el desconcierto de los estudiantes, Sandra Myrna Díaz rompió el silencio y dio una respuesta: «A mí me parece que sí, que esto es naturaleza. Para mí es un cachito de naturaleza, porque esta lleno de cosas vivas que están interactuando, y eso es la naturaleza, puede ser muy remota o muy cotidiana, más humilde».
Poco antes, Tomás Emilio Díaz se había referido al Campo como «el pulmón de Oviedo», reparando en que aunque está «rodeado de construcciones, se conserva perfectamente». Contó que ese espacio había sido un bosque autóctono, que los Franciscanos, al hacerse con el terreno, allá por la Edad Media, empezaron a cultivarlo, que actualmente crecen en él 1.200 árboles y que, entre todos ellos, no quedan ya ni 60 ejemplares de especies autóctonas –carbayos, castaños, abedules y fresnos–. El botánico habló sobre las especies arbóreas que, a lo largo del tiempo, han ido incorporándose al Campo: los más numerosos, los castaños de Indias, 190 ejemplares en la actualidad; los pláganos o plátanos de jardín y los tilos plateados, con sus hojas cubiertas de una especie de pelusilla que resplandece al sol. Recordó también cómo hace décadas en el Campo vivían, enjaulados, los populares osos «Petra» y «Perico», algo impensable hoy en día. «Ustedes mismos recogerían firmas para evitarlo», comentó a propósito de ese dato Sandra Myrna Díaz.
El grupo de paseantes, en el que también estaba la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, se fotografió ante el árbol más antiguo del Campo. Tomás Emilio Díaz informó de que el venerable árbol, un carbayo o roble que crece junto al edificio del Pavo Real, ha cumplido 325 años. Antes del posado, Asier Cabrerizo, un alumno del Instituto Valle de Aller de Moreda, leyó la historia del centenario carbayón talado para ampliar la calle Uría del que los habitantes de Oviedo han tomado su gentilicio popular. Los estudiantes seleccionados para participar en la actividad al aire libre la habían preparado en clase durante los últimos meses. Eso contaban, inquietas y entusiasmadas, Lidia Castañeda y sus amigas Laura Coto, Cova Campa, Lucía Lobón, Raquel Díaz, Cayetana Tuñón y Alba Calviño, todas del Peñamayor-Los Robles de Oviedo.
En el Campo también se yergue uno de los primeros ejemplares de eucalipto que llegaron a Asturias procedentes de Australia, en 1878 o 1879, contó Tomás Emilio Díaz, que en un punto del itinerario invitó a los chavales a alzar la mirada y buscar la cima del Campo, un plágano de 37 metros de altura.
La mañana continuó en el colegio Dulce Nombre de Jesús, también en Oviedo. Allí Sandra Myrna Díaz mantuvo un encuentro con alumnos y profesores de institutos y centros de Secundaria de Asturias, Lucena (Córdoba) y Alcantarilla (Murcia) moderado por Marlén López, cofundadora de Laboratorio Biomimético, en el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Redes.
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