Al menos 50 de los más de 300 estudiantes secuestrados la madrugada del viernes en el oeste de Nigeria en un ataque de más de 60 personas armadas contra la escuela católica St. Mary en Papiri, en el estado de Níger, lograron escapar de sus captores y ahora están de regreso con sus familias.

El obispo de la diócesis de Kontagora, de la que depende la escuela, y jefe de la sección estatal de la Asociación Cristiana de Nigeria, Balus Dauwa Yohanna, ha confirmado que medio centenar de estudiantes han logrado escapar entre el viernes y el sábado, según informa el diario nigeriano ‘Daily Post’.

«Lo pudimos confirmar cuando pudimos contactar y visitar a algunas de las familias» de los secuestrados, indicó un portavoz de la asociación y del obispo Yohanna, Daniel Atori.

Algunos estudiantes se escondieron en la selva para escapar de sus captores.mientras que los agricultores locales ayudaron a otros a regresar a sus hogares, añadió. Las autoridades han cerrado decenas de escuelas en todo el país y los padres preocupados están recuperando a sus hijos de una institución del gobierno federal en la capital, Abuja.

Veinticuatro estudiantes siguen desaparecidos tras ser secuestrados el pasado lunes en una escuela del estado de Kebbi. «Aparte de los 50 estudiantes que escaparon y regresaron a casa, tenemos 141 estudiantes que no fueron secuestrados. En este momento tenemos 236 estudiantes, otros tres niños de nuestro personal y 14 estudiantes de secundaria secuestrados, un total de 253 menores, además de 12 miembros del personal», señaló Atori.

Atori ha instado a la población a mantener la calma y seguir rezando mientras sigue colaborando con las fuerzas de seguridad y las autoridades para garantizar el regreso de los rehenes.

«El regreso de estos 50 niños es un alivio. Les pido que continúen con sus oraciones por el rescate y regreso del resto de las víctimas», dijo. Un total de 303 estudiantes y 12 profesores fueron secuestrados el 21 de noviembre por bandidos armados que atacaron la escuela.

Estos «bandidos» son grupos criminales que recurren al secuestro como forma de ganar dinero y han sido declarados por el Gobierno nigeriano como organizaciones terroristas para facilitar las operaciones militares contra ellos.