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Lola Flores, la voz que habló de transexualidad y orgullo gitano cuando nadie lo hacía

Lola Flores, la voz que habló de transexualidad y orgullo gitano cuando nadie lo hacía
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  • Publishedmayo 16, 2025



«Si un peseta le diera a cada español, no a mí, donde tiene que darlo, tal vez la deuda saldría … y yo iría a celebrar y tomar una copa …». Han pasado 30 años desde que Lola Flores, La Pharaona, lanzó esa frase. La mujer que hizo todo. El que parecía invocar el primer crowdfunding de la historia con un vaso en la mano y un país a sus pies. Pero su verdadero legado no está en esa solicitud inusual, sino en todo lo demás que nos dio: coraje, arte y una voz que nunca pidió permiso para sonar.

«Seguirán hablando de mí después de muertos»Ella se predijo a sí misma. Y así ha sido. No solo porque sus hijas han continuado su linaje musical, sino porque no hay español, él afirma el pie que cojea, que no recuerda este terremoto de Jerez.

Un espíritu libre en tiempos de censura

Avanzado en su tiempo, Lola habló sobre todo en público, sin temor a la dictadura, lo que incluso le dirá a su esposo, el pez. En 1971, en el medio de la España francoísta, posó mostrando una pierna en la portada de ‘lecturas y dejó un mensaje claro’: «Si el pez no es divertido, se acostumbra a ello».

Pero Lola Flores era mucho más que un símbolo de rebelión. En 1994, cuando el abuso machista todavía era un tabú social, él denunció públicamente la violencia que ella también había sufrido: «En la relación sentimental entre ‘Snail’ y yo no era toda miel, fui maltratada»,

Orgullo gitano y orador del silencio

Lola no solo rompió moldes dentro de su casa. También afuera. Orgulloso de sus raíces gitanas, las defendió en cada entrevista, cada set, cada tablao. Dio voz a aquellos que no lo tenían, especialmente el colectivo LGTBIQ+, cuando todavía estaba acorralado. En los años 90, En su pleno ‘horario estelar’, entrevistó a tres mujeres trans: «Estas mujeres que voy a presentar han sufrido mucho … ella es violeta, la otra es una Milena, es Carmen y es la gamba».

Esa escena, inusual y valiente, fue pura Lola Flores: sin filtro, sin miedo, con un respeto que nació del corazón.

La diosa del pueblo

La amaban tanto que sus propios fanáticos estaban a punto de arruinar la boda de su hija Lolita. «Mi hija no puede casarse. Entonces, si me amas, vete. Si me amas algo, vete. Tienes que sacar a la gente, o no casarte «, gritó desde la puerta. Y sí, al final se celebró la boda. Como todo en la vida de Lola, con luces y sombras, pero con una intensidad que se quemó.

Treinta años después de su muerte, Lola todavía está allí. Inmortal. Lo dijo con la misma convicción con la que recitó a los pareados: «¿Sabes por qué soy hermosa? Porque el brillo de los ojos no está operado».

Ese brillo está encendido. Porque Lola Flores no solo vivía en un país en blanco y negro: lo pintó de Moles.



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