Los alumnos extranjeros de Harvard deberán transferirse a otra universidad a riesgo de perder la visa
Tras el anuncio de la Administración Trump de prohibir a la prestigiosa universidad de Harvard la matriculaciónalumnos extranjeros el próximo curso, una pregunta atenaza a los estudiantes venidos de fuera que a día de hoy ya se forman en el centro universiario. La carta enviada a la universidad por la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ya especifica por dónde va a pasar su futuro inmediato: «transferirse a otra universidad para mantener su estatus no migratorio» a riesgo de perder la visa y, como consecuencia, estar obligados a abandonar el país.
«Todo el mundo está entrando en pánico». Así resumía Alice Goyer, una estudiante estadounidense de cuarto año en el campus, a la agencia AFP el sentir entre la comunidad universitaria extranjera, pendiente del siguiente paso, seguramente judicial, del centro, y de la posibilidad de que la situación se pueda revertir de alguna manera.
Y es que la Administración ha comunicado que la única forma de revertir el mandato es que la universidad facilite en 72 horas datos de estudiantes que en los últimos cinco años han protagonizado acciones «ilegales», a lo que el centro se ha negado de forma tajante al asegurar que se trata de una medida «ilegal».
«Antisemitismo» en el campus
Desde la llegada de Trump al poder y coincidiendo con la masacre israelí en Gaza, actos propalestinos se han llevado a cabo en diversas universidades del país creando un clima que, según el presidente, potencia el antisemitismo. Una situación que explica la cruzada iniciada por el republicano contra la universidad mundialmente conocida, cuna de más de un centenar de premios Nobel.
El 27% de los estudiantes de Harvard -alrededor de 7.000- son extranjeros. Prohibir su matriculación implica, además de otros muchos inconvenientes, un varapalo económico para la universidad que, en parte, se sustenta gracias a las cuantiosas matrículas –60.000 euros por curso para los alumnos foráneos-.
Pero el pulso viene de atrás. La universidad llevó al Gobierno a los tribunales hace unas semanas por el retiro de las ayudas federales.
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