los datos del “renacido” con el Sporting
Al Sporting le ha nacido de repente un líder en la figura de Eric Curbelo, un futbolista que convivió durante meses con la sospecha permanente de las lesiones y que ahora se ha convertido en una pieza crucial en el despegue del proyecto. Hay un dato que explica mejor que ninguno el paso adelante del central: esta temporada ha disputado solo 19 minutos menos (567 este curso por los 580 del anterior) que en toda la campaña pasada.
[–>[–>[–>Borja Jiménez ha encontrado en este zaguero de Santa Brígida, de 31 años, el baluarte que necesitaba el equipo para protagonizar este salto en la clasificación y meterse de lleno en la pelea por la promoción —10 de los últimos 15 puntos—, una reacción sustentada en una evidente mejoría defensiva: solo tres goles encajados en los cinco partidos con el canario en el once. “Se lo merece todo”, señalaban sus compañeros en Leganés sobre un futbolista que ha trabajado “en silencio”, que nunca se ha quejado por su rol y que estuvo prácticamente descartado el pasado verano por Asier Garitano.
[–> [–>[–>La prueba de aquella desconfianza es que la comisión deportiva llegó a plantearse la contratación de un tercer central tras haber firmado ya a Pablo Vázquez y Perrin y contar además con el comodín de Diego. “Digamos que no era su perfil de central”, reconoció el propio Curbelo en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA.
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El defensa volvió a acaparar los focos en Butarque al sacar sobre la línea, ya en el tiempo añadido, un remate de Miguel de la Fuente que habría supuesto el empate. “Es una jugada que me sale en los entrenamientos y ahora me ha salido en el partido”, explicó después en sala de prensa. El encuentro de Curbelo podría resumirse en esa acción decisiva, pero hubo mucho más.
[–>[–>[–>El central firmó un partido de enorme solvencia: sumó siete entradas, tres despejes —uno de ellos bajo palos—, una interceptación y un despeje de cabeza. Se mostró especialmente firme en los duelos, imponiéndose en ocho de los diez disputados a ras de suelo (80 %) y ganando el único balón aéreo que peleó. Además, realizó tres recuperaciones, apenas fue superado en el uno contra uno y solo cometió dos faltas, recibiendo una.
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La intuición y los buenos conceptos defensivos de Curbelo han reforzado a una zaga que sufría una barbaridad en su propia área, castigada por la inestabilidad del binomio Perrin–Pablo Vázquez. El central de Gandía parece haber recuperado autoestima y serenidad desde que compite junto al canario, liberado ya de la necesidad constante de corregir los errores del irregular Perrin, capaz de lo mejor y también de lo peor.
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