Christian Hernán Yong Granadino, Chuki, estaba en la lista de los más buscados a nivel mundial por Europol. El crimen que pesaba sobre él era haber asesinado a Silvia Rodríguez Fernández, una joven de 16 años que había roto su relación con él días antes. El acusado tenía 30 años cuando la mató. Sucedió el 10 de noviembre de 2010 en Leganés, localidad al sur de Madrid. Ese día, Silvia fue al IES de Parla donde estudiaba, comió con su madre y por la tarde salió con una amiga. Él nunca regresó.

Silvia conoció a Christian cuando ella tenía 14 años, él 28. Su relación «estuvo marcada por los abusos», dicen desde el entorno de la joven. Dos años después de iniciar el noviazgo, la víctima decidió ponerle fin «semanas antes del crimen y tras soportar episodios de violencia física», apunta la Policía.

Una persona sin hogar encontró el cuerpo de Silvia al día siguiente del asesinato en un contenedor de basura metido en una maleta, dijeron los agentes. En el lugar del hecho se encontró ADN de su asesino, quien había comprado con anticipación un boleto de avión a Lima, su ciudad natal, para huir el mismo día del crimen. Estas evidencias, además de las declaraciones de varios testigos que lo vieron cargando dicha maleta, convirtieron a Christian en el principal sospechoso.

El crimen generó una gran conmoción internacional y el perpetrador logró vivir 15 años prófugo en Perú bajo una identidad falsa. Hasta el pasado 5 de diciembre, cuando gracias a “esfuerzos de inteligencia y verificación biométrica”, lo encontraron.

La captura de Chuki se logró a través de la Dirección de Investigación de Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes, con el apoyo de las Oficinas Centrales Nacionales de Interpol en Lima, que comprobaron que el prófugo contaba con un documento nacional de identidad falso que incluía otros apellidos.

Así, redujeron el cerco a su alrededor e intensificaron las tareas de observación, vigilancia y seguimiento para dar con su paradero. Finalmente, el viernes pasado fue detenido en inmediaciones de la empresa Productos Cielo, para la que trabajaba, ubicada en el distrito de Lurín, en el sur de la capital peruana.

El detenido permanece ahora pendiente de extradición a España.