Mazón llena de lodos la mochila de Feijóo
Un año después de la catástrofe, Carlos Mazón sigue aferrándose a la poltrona como un cactus: profundamente clavado y pinchando, pese a que decenas de miles de valencianos le espetan a la cara un lacerante “¡vete ya!”. La nube de la dana que arrasó la Comunidad Valenciana y se llevó por delante más de doscientas vidas, con alertas tardías, incomparecencias nunca justificadas e inacción en los despachos del mando, no conforman argumento suficiente para convencerle de que coger la puerta hubiese sido la opción más honorable.
[–>[–>[–>Entre los afectados, el clamor es apabullante: siete de cada diez valencianos opinan que debe dimitir. Incluso los votantes de su partido, que no soportan semejante indignidad. Cada día que Mazón se empecina en permanecer, acarrea al PP nacional un puñado de votos que escapan como torrentera por la rambla tras la tormenta. Núñez Feijóo observa la maniobra cargando con una mochila llena de piedras y lodos. Mazón no es un grano en el trasero del líder popular: es ya un divieso. El gran beneficiado de la película es el PSOE, que se divierte en la barraca de ferias lanzando a un muñeco de trapo pelotas y patadas que acaban de rebote en el culo de Feijóo.
[–> [–>[–>Mientras Mazón se aferra al cargo como una llámpara, la opinión pública le recuerda cada hora desde hace un año que la gestión fue fallida, que hubo avisos no atendidos, que no estaba donde debía estar y que cuando el agua ya arrasaba, el presidente se puso a buscar escusas. Desconectado, a cubierto y en paradero desconocido, como un marido infiel.
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