Melody, J Kbello, Mel Ömana y Mawot pasan a la final del Benidorm Fest
Era una semifinal más apretada. Todas las cartas estaban sobre la mesa y cualquier combinación de artistas estaría justificada. Pero solo cuatro podían pasar a la gran final y seguir en su pugna por alzarse con el micrófono de bronce y representar a España en Eurovisión el 17 de mayo de 2025. Así, J Kbello, Melody, Mel Ömana y Mawot logran un hueco en la final del sábado 1 de febrero y acompañarán a los ya clasificados Daniela Blasco, Kuve, Lachispa y Lucas Bun.
Con unanimidad en la decisión de Melody, J Kbello y Mel Ömana; el jurado decidió darle el pase a la final a Mawot, mientras que la audiencia se decantó por la arriesgada propuesta de DeTeresa. Aunque los votos no se hicieron públicos, de acuerdo a la deriva que lleva a cabo en esta edición el certamen benidormí, la diferencia de puntos acabó favoreciendo al intérprete de Castellón, algo que pareció no agradar al público presente.
Con respecto a lo vivido allí, la jornada empezó fuerte con un ‘medley’ de clásicos servido por Chenoa, que levantó al público desde el primer minuto. Posteriormente llegaría el turno de otras dos grandes artistas como Ruth Lorenzo, que tenía tiempo para todo, y para Isabel Aaiún, que sigue pregonando su ‘Potra Salvaje’ allá por donde va. En cuanto a las presentadoras, estuvieron más sueltas que en la primera semifinal, con una Paula Vázquez que se ha hecho con el cariño de los eurofans y una Ruth Lorenzo y una Inés Hernand que son más que de la familia.
‘I’m a Queen’ – Mel Ömana
La gala empezaba fuerte con el poderío de Mel Ömana. Una manta voladora dejó al descubierto el vestuario de una artista que estaba dispuesta a romper el escenario y a ser la única «reina» de la edición en clasificarse para la gran final. La sencillez de la puesta en escena se combinó con la fuerza de sus planos. Pese a un comienzo algo largo, que pesó un poco en el cómputo global, plasmó una divertida apertura de gala donde su poderío abrió la veda de una semifinal donde las mujeres brillarían sobre el escenario. Mel llegaba a Benidorm con más dudas que certezas, pero su actuación confirmó que estamos ante una artista de talla a la que no le puede la presión de este tipo de eventos.
‘No lo ves’ – Henry Semler
La balada de la jornada llegó más pronto de lo deseado. Veníamos de la garra de Mel Ömana y automáticamente, en un visto y no visto, pasábamos a la melancolía de Henry Semler. El intérprete de ‘No lo ves’, compuesto junto al alicantino Pepe Bernabé, ideó una escenografía sencilla y hogareña donde, con poco, se podía conseguir mucho con el uso de un plano secuencia. Pese a la linealidad de la canción, el artista consiguió romper con lo establecido emocionando al espectador en la recta final de la pieza con un golpe de garra. Pero lo tenía muy difícil para luchar por uno de los puestos que dan acceso a la gran final. Con una balada ya en la próxima ronda, la de Lucas Bun y su ‘Te escribiré en el cielo’, sus opciones se reducían a un milagro que no acabó de llegar.
‘La pena’ – DeTeresa
La sorpresa de la noche vino de la mano de DeTeresa. Un despliegue de fantasía española acompañó a la artista durante toda su actuación, un conjunto de ideas que se empastaron en una escenografía que se puede vender muy bien en Europa. Esto es España y esto es ‘La pena’. Cada vez se iban sumando más elementos sobre el escenario, acompañados de unas visuales muy divertidas que bien podrían haberse hecho con inteligencia artificial. La madrileña ya mostró sus intenciones con una portada en la que ella y una aceituna formaban una banderilla típica de taberna española, a la que acabó sumando otros detalles patrios como los toros, el fútbol o la Semana Santa. Hasta qué punto esta actuación puede ser vista como una oda a tu país en lugar de una parodia es algo que se tiene que valorar con el tiempo, partiendo de que la canción es una de las más especiales de esta cuarta edición del Benidorm Fest.
‘V.I.P.’ – J Kbello
Tenía la presión de ser uno de los favoritos. Su actuación estaba llamada a liderar una participación masculina que todavía no se ha llevado a cabo desde que RTVE creó esta preselección. Y seguro de sí mismo, sin descuidar ni el baile ni el aspecto vocal, J Kbello se enfundó la tarea de brillar sobre un escenario muy oscuro con ‘V.I.P.’. Partiendo de unos colores poco acertados y una opacidad propia de una discoteca en vez de un plató de televisión, defendió su propuesta sin saltarse partes de la canción (cosa de agradecer) y moviendo a un respetable que, entregado, seguía de cerca los pasos del gaditano. No obstante, tanto público como jurado acabaron comprándole la propuesta e invitándole a la gran final.
‘Bésame’ – Carla Frigo
Otra de las divas de la noche. Carla Frigo se presentaba sobre el escenario con una caja fuerte y unos bailarines dispuestos a subir la temperatura del Palau d’Esports de Benidorm. La catalana pisó la tarima con seguridad, consciente de sus capacidades y derrochando sensualidad en cada uno de sus movimientos. Estaba entregada a la canción, con una actitud innegable, pero un servidor no terminaba de entender la relación de una canción como ‘Bésame’ con una caja fuerte. ¿Era una llamada al producto español con ‘La casa de papel’? Una canción que no engancha tanto como la de Daniela Blasco y que compite directamente con ‘Uh Nana’. Así pareció entenderlo también el público, que no le dio la oportunidad de actuar por segunda vez en el festival.
‘Raggio di sole’ – Mawot
Llegaba el momento de ver la puesta en escena de una de las canciones más incomprendidas por el público. Mawot demostró estar convencido del poder de ‘Raggio di sole’, y buscaba demostrárselo a la audiencia que votaba desde casa. La canción se queda en la cabeza y su actuación fue muy buena a nivel vocal. Pero este estilo tiene difícil voto entre la gente joven. Podría apelar a la nostalgia, pero suena más a ‘revival’ que a una propuesta competente. Visualmente preparó una muy digna escenografía, colorida y contenedora de un final profundo que abrazaba el significado de la canción. Su niño interior le invita a irse con él para sanar las huellas emocionales de la infancia. Sorprende ver, por el aplomo que demostró, que no se hubiera subido a un escenario en 24 años desde que actuase precisamente en el Festival de Benidorm de 2001. Esperemos que esto pueda significar el relanzamiento de su carrera musical.
‘La casa’ – Celine Van Heel
Una escenografía que no supo aprovechar todo su potencial fue la que presentaba Celine Van Heel con ‘La casa’. Con un juego de siluetas impresionante al comienzo de su actuación, la artista apostó fuerte por la producción técnica. Desde el público se veía un escenario poco aprovechado que cobraba sentido en la visual que llegaba por televisión. Pero que una canción tan bien interpretada a nivel vocal se quede a medio camino refuerza que se quede una presentación algo plana. La macroescalera captó más atención que la propia intérprete en una canción de salsa a la que le faltó precisamente eso, salsa.
‘Esa diva’ – Melody
Melody no se anda con rodeos. Pone todas las cartas sobre la mesa y busca no solo ganar el micrófono de bronce, sino dar la talla en Basilea. ‘Esa diva’ llegaba con dudas. Sus ecos del pasado no dejaban ver más allá de lo que aparentemente era un recuerdo constante de la rumbera que fue. Pero si algo tiene la sevillana son tablas y las aprovechó a la perfección. Bajó del cielo con las ganas de comerse el escenario, y lo consiguió enseguida, dejando boquiabiertos a los allí presentes. Una actuación llena de fuerza que mantuvo interés de principio a fin. Fue diva, fue poderosa y consiguió pasar a la final por méritos propios y no por el cariño de la gente. Hizo una escenografía acorde con la altura del festival, y esa es la tecla que hay que pulsar para conquistar este certamen. El agudo fue boicoteado por su pelo y por unos segundos de desconexión televisiva que no pudieron con ella.
Con esta segunda semifinal finiquitada, ya se conocen las ocho propuestas que competirán por el micrófono de bronce el sábado 1 de febrero. Una carrera de fondo por ser el representante de España en Eurovisión que se muestra más igualada que en otras ediciones y de la que no se puede sacar ninguna conclusión precipitada. Todo se decidirá en una gala de infarto que pretende no dejar indiferente a nadie.
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