Meloni reenfoca su plan para expulsar migrantes a centros de Albania y envía solo a personas con órdenes de expulsión

Después de varios intentos fallidos de deportar a migrantes rescatados en el Mediterráneo a Albania, Giorgia Meloni ha decidido sacar otro conejo de la chistera: poner en marcha este viernes el envío al pequeño país balcánico de migrantes indocumentados ya con órdenes de expulsión y que Italia pretende expatriar.
La nueva iniciativa de la primera ministra ha sido posible gracias a una decisión del pasado 28 de marzo tomada por el Consejo de Ministros transalpino a través de un decreto ley. Esta es una medida que en teoría se aplica solo en casos de urgencia y entra en vigor de manera inmediata tras su publicación en la Gaceta Oficial, pero que pierde de validez si el Parlamento no la convierte en ley en un plazo de 60 días.
Con este preámbulo, el Gobierno ha dado inicio a la operación, que este viernes ha supuesto el traslado de 40 migrantes desde Brindisi (sur de Italia) a Gjadër, en el norte de Albania. Allí donde antes se encontraba un centro de acogida abierto en octubre por Italia, que ha quedado vacío durante meses y que ahora Meloni pretende que ejerzca como un centro de expulsión.
Ya identificados
Por lo que ha trascendido, se trataría de un grupo de migrantes que ya han sido identificados y en algunos casos que también ya han presentado sus solicitudes de asilo. Con ello, lo previsto es que incluso los migrantes cuyas peticiones ya han sido rechazadas puedan, una vez allí, volver a presentar nuevas solicitudes, pero solo acudiendo al procedimiento exprés y teniendo en su expediente ya la opinión negativa de la comisión que los evaluó en Italia.
La nave militar Libra ha sido la encargada del traslado, el cual además se ha ejecutado sin que todavía se conozca la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), llamado a pronunciarse sobre si el plan de Meloni cumple con las normas europeas.
El nuevo intento de Meloni de ejecutar su plan, que es el cuarto, ya ha provocado una protesta ciudadana en la propia ciudad de Brindisi, y ha sido puesto en marcha entre grandes medidas de seguridad, como un importante contigente de despliegue de fuerzas de orden, supuestamente para evitar disturbios.
Más críticas
El Gobierno italiano espera así esquivar las negativas de la justicia italiana, que ha tumbado todos los precedentes intentos de deportar a los migrantes a Albania. Con este decreto ley se pondrá en marcha «la inmediata reactivación» del centro de Gjadër, había explicado ya el jueves el ministro de Interior, Matteo Piantedosi.
La decisión de la mandataria ha enfurecido, una vez más, a la oposición. «Lo de Meloni es una puesta en escena, una estafa mediática a costa de los más vulnerables. Un fracaso sigue siendo un fracaso, incluso si lo disfrazas de éxito. El acuerdo con Albania es un experimento jurídico peligroso, sin fundamentos en el derecho europeo ni italiano, un banco de pruebas para reprimir las libertades personales y la dignidad humana», ha comentado el Partido Democrático, el gran partido progresista del país.
«No bastará con cambiar el uso previsto de los centros albaneses a CPR (Centros de Permanencia para Repatriación) para ocultar el fracaso de esta operación. Persisten todas las problemáticas relacionadas con la detención de estas personas, que no podrán contar con una tutela legal adecuada ni con la asistencia médica necesaria», ha añadido Riccardo Magi, secretario de Più Europa.
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