Mentira sobre mentira, y sobre mentira muchas
El galope de Gish o ametralladora de falacias es una técnica de debate consistente en abrumar al oponente con tantos argumentos como sea posible, independientemente de su exactitud o solidez. Feijóo lo utilizó en el debate de la última campaña, mintiendo en todos los temas que trataba, sorprendiendo a Sánchez, que no reaccionó ante tal atrevimiento, que sumado a la versión edulcorada de los medios amigos, situaba a Feijóo como ganador. Los populares utilizan esta técnica en las diferentes Cámaras y declaraciones, mienten para tapar con ruido su ineficacia. Con la pareja de Díaz Ayuso se alcanzan proporciones bíblicas. Una vez fracasado el intento de González Amador de llegar a un acuerdo con la Fiscalía, que dijeron como si hubiera sido la Fiscalía quien se lo hubiera ofrecido, han lanzado la ametralladora de falacias con todo tipo de quejas y amenazas mientras que al Al mismo tiempo estiran las acusaciones contra la mujer y el hermano de Sánchez con los razonamientos más estrafalarios, intentando confrontar a la opinión pública, desinformada por periodistas afines que difunden versiones parciales, y columnistas que les dan un barniz de Autenticidad con opiniones humeantes, González Amador se ve víctima de un Sánchez totalitario que le utiliza para destrozar a la presidenta madrileña, que se cree Juana de Arco y sigue con el ruido de la multa que un particular quiere pagar y no Lo dejan. Estamos ante la pareja de un presidente que admitió dos delitos fiscales, a la que se trata como a una víctima inocente, frente a la pareja de un presidente en torno al cual se ha montado un castillo de engaños, a la que se trata como a un criminal condenado sin posibilidad recurso de apelación, aderezado todo esto con un Fiscal General al que se pretende acusar de haber negado un engaño que afectó gravemente a su departamento, con solicitudes absurdas de pruebas, que de ser aportadas romperían todos los procedimientos de garantía de periodistas y funcionarios. público. Pedro Sánchez se equivocó cuando aceptó pactar la renovación del Poder Judicial con Feijóo fuera del Congreso, una renovación que aclaró el rostro de los populares y les dio tranquilidad para afrontar los casos pendientes, y alas para seguir con la política de acoso y derribo que habían utilizado contra Podemos, y que ahora continúan con un objetivo más ambicioso. Utilizan el caso Koldo Ábalos como amortiguador y ariete al mismo tiempo, condenando ya a Sánchez como principal responsable.
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