Muere en Colombia un español de 83 años días después de ser apaleado y abandonado en la calle
El pasado 2 de octubre Ricardo Pérez, un vecino de Santa Coloma de Queralt (Tarragona) de 83 años, aterrizaba en Colombia. Su intención era llegar a la ciudad de Santa Marta por lo que tenía que tomar un vuelo desde Bogotá, donde hizo escala. Sin embargo, en el aeropuerto la policía colombiana y el servicio de seguridad lo vieron desorientado y le hicieron una entrevista para saber por qué viajaba solo. Él dijo que iba a ver a unos amigos aunque nadie ha podido identificarlos. La entrevista hizo que el hombre perdiera dos vuelos de conexión a su destino.
[–>[–>[–>Una azafata de Avianca contactó desde el país sudamericano con la hija de Ricardo y con un vecino de este. Lo hizo tras revisar el teléfono móvil del anciano. Les advirtió de que lo habían visto confuso y que no parecía capaz de ir solo, pero como Ricardo insistió en que estaba bien, le dejaron seguir el viaje. Asistido por el personal de la compañía aérea, el hombre consiguió finalmente llegar a Santa Marta y allí se perdió su rastro.
[–> [–>[–>La aerolínea Avianca llamó a la familia para informarles de que el hombre parecía estar desorientado
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Sus hijos, Ricardo y Yolanda, residentes en Girona, no supieron nada de él hasta un mes después cuando desde un asilo para indigentes en Santa Marta contactaron con ellos. Les explicaron que habían encontrado a Ricado en la calle apaleado, con numerosas lesiones, «sin dientes, sin zapatos y totalmente inconsciente», según relata su hija a El Periódico de Catalunya, que apunta que alguien secuestró y drogó a su padre.
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Antes de este aviso, y tras la llamada de la azafata, la hija interpuso una denuncia ante los Mossos d’Esquadra. Les contó que llevaba tiempo sin tener contacto con su padre y que desconocía las razones por las que viajó a Colombia, aunque Ricardo había visitado ese país como turista hacía siete años. Un vecino de Ricardo también relató a la policía que el hombre se fue con dos grandes maletas, dinero en efectivo y con varias tarjetas bancarias, además de dos teléfonos móviles.
[–>[–>[–>La familia contactó entonces también con el Consulado General de España en Colombia, para que les ayudaran a buscar a su padre; con la Fiscalía de Colombia, que inició una investigación; y con la entidad SOS Desaparecidos.
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El 7 de noviembre la familia recibió una llamada de un asilo para indigentes: habían encontrado a Ricardo en la calle en muy mal estado
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No fue hasta el 7 de noviembre cuando la familia recibió una llamada del asilo. Un responsable les explicó que llamaba en nombre de su padre, que lo habían encontrado en la calle desorientado, confuso, muy deteriorado, con temblores, con desnutrición severa y con graves heridas fruta de una salvaje agresión. Y que estaba en el centro recuperándose. El caso de Ricardo era conocido en Santa Marta porque un periodista de un medio local lo había visto en la calle en condiciones deplorables y había alertado a las autoridades. También difundió en redes la imagen de Ricardo con la intención de localizar y avisar a su familia en España.
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[–>Repatriación complicada
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El calvario de la familia para traer de vuelta a Ricardo empezó entonces. En declaraciones a EL PERIÓDICO, los hijos cuentan que fueron ellos los que avisaron al consulado español sobre la aparición de su padre en el asilo. La legación les instó a viajar a Colombia para recogerle y acompañarle en el viaje de vuelta. Pero la familia no pudo ir por razones médicas y económicas, aunque sí envió dinero para que el hombre estuviera bien atendido.
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Ricardo falleció el 29 de noviembre por una neumonía y complicaciones cardiacas
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A mediados de noviembre, el consulado les ofreció la posibilidad de que algún trabajador del asilo acompañara a Ricardo de regreso a España, siempre que la familia asumiera los gastos. Esta opción no pudo ejecutarse porque el estado de salud del anciano empeoró, fue ingresado en un hospital de Santa Marta por una neumonía y acabó falleciendo el 29 de noviembre por complicaciones cardiacas, supuestamente consecuencia de las drogas que le habrían suministrado durante su cautiverio, según explica la familia, que cita las explicaciones de los médicos del hospital colombiano.
[–>[–>[–>El consulado afirma que han mantenido contacto con la familia de Ricardo desde finales de octubre
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Tras fallecer Ricardo, sus hijos siguen con el calvario. Ahora para intentar repatriar el cuerpo a España y poder enterrarlo. El consulado requiere la presencia de la familia en Colombia. Y estos no pueden acudir y piden que sea la legación la que se haga cargo de las gestiones. «Mi padre ha muerto y no me he podido despedir de él», se queja Yolanda, quien lamenta las trabas del consulado para poder inscribir al fallecido en el registro correspondiente y así traer el cadáver. Sin este registro de defunción, que no pueden hacer a distancia, el cuerpo de su padre se quedará en Colombia. Tanto ella como su hermano Ricardo también se pusieron en contacto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para pedir ayuda sin obtener respuesta.
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Ricardo denuncia «varias negligencias» en el proceder del consulado; primero para tramitar su regreso en vida a España y después para ayudar en la repatriación del cuerpo. Por eso, reclaman ayuda para conseguir la documentación teniendo en cuenta, esgrimen, que es un ciudadano español que fue secuestrado y agredido en Colombia. Secuestro que está siendo investigado por la Fiscalía colombiana.
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En declaraciones a El Periódico de Catalunya, el Consulado General de España en Bogotá ha remarcado que supo de la desaparición de Ricardo Pérez el 25 de octubre y que desde entonces «mantuvo un estrecho seguimiento del caso que incluyó atención constante, tanto telefónica como por correo electrónico, de la familia». Señalan que el hombre fue localizado el 7 de noviembre y «recogido en un Centro de Acogida con quien el Consulado General mantuvo una constante comunicación, así como con el doctor del centro, la psicóloga y la trabajadora social».
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