nacemos originales y morimos copias»



Vivimos tiempos complicados en lo que a felicidad se refiere. Algunos filósofos advierten que se ha convertido en un objetivo difuso, una razón en sí mismaen lugar de un final. César Dangelo, doctor en ciencias y experto en filosofía aplicada, nos invita a regresar al origen. A lo esencial.
En la empresa que representa, Elexya, utilizamos la filosofía para encontrar la respuesta a la gran pregunta: ¿Por qué estamos en este mundo? En esta entrevista, Dangelo nos acompaña para abordar esta cuestión y muchas otras interesantes, como redescubrir nuestra razón de ser, vivir con pasión, sin romper con el mundo, y educar a nuestros hijos sin apagar su esencia.
Una vida con propósito
-¿Existe algún secreto para ser feliz?
Sí, creo que existe. ¿Y qué me considero yo? Digamos que todos venimos a este mundo con un propósito. El objetivo es muy variado y específico de cada persona. Este objetivo es la ley que debe regir la vida de una persona.
Alguien se alegra cuando encuentra este objetivo y lo logra. Si ese objetivo es pequeño o grande, no importa cuán grande sea. No tiene por qué ser algo que nos traiga gloria. Puede ser algo anónimo, privado.
-¿Cómo podemos conectarnos con este objetivo?
Venimos con esta meta que está en lo que podríamos llamar una esencia, un destino de cada persona. Pero hay que interactuar con este mundo, para lo cual hay que aprender muchas cosas. Esto sucede entre las edades de cero y cinco años.
Allí el bebé aprende muchas cosas sobre este mundo, sobre las leyes de este mundo. Todo este conjunto de leyes que aprendemos forma la personalidad del ser.
Pero la esencia debe regir la personalidad. La personalidad está al servicio de la esencia, para que podamos movernos, movernos, actuar y hacer lo que tenemos que hacer en este mundo. El gran riesgo es que, si la esencia no es muy fuerte, la persona se deje controlar por la personalidad.
En la personalidad hay una educación que es necesaria y que nos dice qué es bueno, qué es malo, qué se debe hacer y qué no se debe hacer. Y todas estas cuestiones que son muy locales y temporales, pero que pertenecen a este mundo.
El gran error es dejarse llevar por lo que van a decir. Hay una frase brutal del psicoanalista Jung, que dice: nacemos originales y morimos copias. Es brutal.
Esencia y pasión
-Entonces, ¿la esencia está de alguna manera relacionada con la pasión?
Sí, la pasión es la energía que pones en hacer algo. No tiene nada que ver con pasión, sino con poner toda tu energía y enfoque en lo que haces.
La vida de Einstein era esto, sus nuevas ideas sobre el espacio, el tiempo, etc. Todo lo demás era secundario. Su pasión era la física, las nuevas ideas, la forma en que imaginaba y veía el mundo, diferente a Newton y todos los físicos anteriores.
-¿Qué pasa cuando la vida se interpone y no nos permite perseguir este objetivo?
La vida siempre se interpone, porque el propósito de la vida no es hacer lo que se debe hacer, sino hacer lo que a uno le interesa, que es la procreación. Procreación y conservación de la especie, tal es su función. No le importa si uno es un genio o no, si uno es sabio o no. El objetivo es tener hijos y todo lo que ello conlleva.
Por tanto, la mayoría de las personas se ajustan a la afirmación de Jung: nacen originales y acaban siendo copias. Y en general, dice un poeta argentino llamado Bonifacio Palacios, cinco segundos antes de morir te das cuenta de la verdad de las cosas, pero no puedes hacer mucho más.
Al igual que Elexya, como empresa dedicada a la filosofía y que ha estudiado la naturaleza humana y las leyes que rigen al hombre, el ser humano sabemos cómo sacar del pozo este destino.
-¿Qué podemos hacer para no apagar la esencia de nuestros hijos durante su educación?
Primero, nutrirlo, hacerlo obvio. En segundo lugar, intenta no tener problemas con la gente. Sea amable con todos, sepa que cada uno hace según su elección personal y que le conviene llevarse bien con todos.
La humildad es muy importante, nos da una medida relativa de que somos “casi nada” ante el mundo, ante el cosmos y el misterio de los demás. Por tanto, debemos ser muy respetuosos con los demás y muy cuidadosos. El propio Sócrates dijo: “Sólo sé que no sé nada”.
-En una cultura de performance y comparación como la del siglo XXI, ¿cómo podemos vivir sin quedar atrapados en la visión exterior?
Yo diría que no podemos ignorar la realidad que debemos vivir. Tienes que compartir con amigos y familiares. Está obligado a conocer las modas, etc.
Pero hay que poner pasión y energía en tu objetivo. Sin despegarte completamente del mundo, porque eso no lo puedes hacer, no es práctico ni correcto hacerlo, pero no debes perder de vista tu esencia.
el poder de los hábitos
-¿Qué papel juegan los hábitos en este proceso de conexión con la esencia?
Los hábitos son necesarios. No puedes conducir un vehículo si no tienes experiencia en su conducción. Hay hábitos saludables y necesarios: el hábito de comer, el hábito de hablar un idioma. Estos son dos hábitos que son herramientas útiles para lograr.
Hay hábitos que son perjudiciales. La ira, por ejemplo, puede empeorar los problemas. Es un mal hábito.
Cada profesión tiene un hábito particular que la caracteriza. Un boxeador tendrá que entrenar, un pianista también… Pero se distingue entre hábitos que conducen al bien y hábitos que conducen a la destrucción, como aquel del que os hablé con la ira o la culpa. ¿Cuánta energía se pierde en esto? Mucho. Son como una sanguijuela.
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