Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional, gana las presidenciales en Honduras bajo la sospecha de fraude
El Centro Nacional Electoral (CNE) de Honduras ha declarado Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional, ganador de las elecciones presidenciales celebrada el pasado 30 de noviembre en el país centroamericano, en un clima de tensión por denuncias de fraude por parte de otros candidatos a la Presidencia de Honduras, según informa Europa Press.
“Por voluntad mayoritaria del pueblo hondureño, expresada de manera soberana en las urnas, el pleno de asesores del CNE declara electo al ciudadano Nasry Juan Asfura Zablah como presidente constitucional de la República de Honduras, para un período de cuatro años, que comienza el 27 de enero de 2026 y culmina el 27 de enero de 2030”, se lee en un comunicado emitido por el CNE.
El candidato respaldado por el presidente estadounidense, Donald Trump, ha recogido 1.479.748 votos «válidos», según la nota del organismo electoral tras un recuento del 97,86 por ciento.
El CNE ha precisado que Hay “18.820 actas divulgadas correctamente y 333 al momento con inconsistencias, lo que se traduce en inconsistencias y un 1,73 por ciento del total de 19.167 (actas)”. «Es decir, hay un total de 98,18 por ciento de actas divulgadas y consistentes, con una diferencia entre el primer candidato y el segundo candidato de 0,74 por ciento».
Pese a ello, ha indicado que «Los procedimientos de impugnación o revisión no deben impedir la proclamación de resultados. (…), ni convertirse en excusa para reabrir o repetir el proceso cuyo nivel electivo presidencial tiene una imposibilidad matemática comprobada de revertir el resultado.»
Así, los resultados «que devuelve el sistema» Dan la victoria a Asfura, con el 40,27% de los votospor delante de Nasralla, que obtiene el 39,53% y el candidato de LIBRE, Rixi Moncada, que obtiene el 19,19%.
El documento, que también incluye los nombres de los 20 diputados electos del Parlamento del país centroamericano, ha sido firmado por el secretario y tres asesores del organismo electoral, entre ellos su presidenta, Ana Paola Hall, quien ha asegurado en su cuenta de la red social «Nadie en el CNE elige al presidente de la República, (sino) es el pueblo quien decide y el CNE simplemente se limita a certificarlo.»
Hall también quiso aclarar que la «certificación contenida en la declaración de elecciones generales a nivel presidencial estuvo a punto de ser un rehén político; pero, hemos defendido y seguimos defendiendo firmemente que la declaración no pertenece a la voluntad de ningún consejero, ni de ningún partido político, sólo responde a la veracidad de los resultados que reflejan la voluntad del pueblo hondureño».
el documento Sin embargo, no cuenta con la firma de Marlon Ochoa, asesor del CNE en representación del partido oficial LIBRE.quien ha acusado a Hall y Cossette López -representante en el CNE por el Partido Nacional- de «imponer desde una embajada la declaración final de la elección presidencial sin haber completado el recuento de votos y sin siquiera haber resuelto las quejas y demandas de recuento».
«Por supuesto que entiendo que Estados Unidos y las élites aliadas del crimen organizado quieran un presidente que responda a sus intereses. No importa que surja de un golpe de Estado electoral», afirmó en su cuenta X, un día después de denunciar estos hechos ante la Fiscalía del país.
Después de la publicación del texto, Asfura agradeció en su cuenta X «el gran trabajo realizado por los consejeros y todo el equipo que llevó a cabo las elecciones» y ha asegurado que está «preparado para gobernar».
Por su parte, Nasralla ha afirmado ante la cadena de televisión hondureña HCH que la declaración presidencial «es ilegal». «No sé cómo lo van a dar y no sé quién lo está dando. No lo acepto y publiqué un par de ejemplos en las redes sociales de las formas en que se violaron las actas», dijo antes de agregar que «Había un algoritmo donde siempre se le daba la cifra más alta al Partido Nacional».
Cabe recordar que la declaración de Asfura como presidente electo de Honduras se produce 24 días después de la celebración de los comicios y tras varias interrupciones en el conteo.
En este contexto, la Organización de Estados Americanos (OEA) ha difundido un comunicado en el que afirma que «toma nota de la declaración de resultados» del CNE mientras «sigue de cerca los acontecimientos en Honduras».
El Secretario General de la OEA, Albert Ramdin, afirmó en la misma nota que «es consciente de las dificultades vividas durante el proceso electoral, reconoce el trabajo realizado por las instituciones hondureñas y lamenta que aún no se haya completado el conteo total de los votos emitidos por los ciudadanos».
Sin embargo, se ha demostrado abierto a colaborar con las autoridades hondureñas para «apoyar una transferencia pacífica y legal del poderen el mejor interés del pueblo hondureño» y ha señalado que la Misión de Observación Electoral de la OEA continúa desplegada en el país centroamericano, «realizando su trabajo de manera profesional e independiente (…) y emitirá un informe en los próximos días con sus conclusiones y recomendaciones».
La Misión, que también ha emitido un comunicado tras la difusión de los resultados del CNE, ha subrayado que el texto ha sido adoptado por «un órgano colegiado constitucionalmente facultado para ello», y ha asegurado que «no ha identificado elementos fraudulentos decisivos» durante el proceso electoral y ha considerado que «los resultados declarados reflejan la voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas escrutadas».
Pese a ello, ha advertido que los resultados oficiales llegan «en un contexto postelectoral de extrema polarización y complejidad, que ha impedido a las autoridades electorales trabajar con la tranquilidad y autonomía propias de una democracia, afectando incluso a su integridad personal y la de sus familias». «Se observaron retrasos en el manejo del material retractado y limitaciones en la implementación de soluciones tecnológicas para el procesamiento de los resultados. Si bien estas deficiencias afectaron la oportunidad y claridad de la información oficial, la Misión constató que no comprometieron la integridad de la elección», sostuvo, al tiempo que lamentó que «la circulación de desinformación en este contexto generó incertidumbre en la población, situación que se agravó por la ausencia de comunicaciones institucionales oportunas por parte del CNE».
Así, ha indicado que «es consciente de que hay actores que han manifestado disconformidades con el proceso electoral y su resultado», por lo que ha pedido «poner fin» al recuento restante y «canalizar las impugnaciones existentes por la vía legal correspondiente».
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