NEGOCIACIONES CON JUNTS | Sánchez excluye los Presupuestos de sus “tareas” en el Congreso y encara el “puzle” con Junts como un todo o nada
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El Gobierno no presentará el proyecto de Presupuestos de 2025 si antes no garantiza los votos necesarios para sacarlos adelante. Un cambio de criterio sobre la pretensión manifestada hasta ahora que ratifican tanto en Ferraz como en Moncloa, dando cuenta de las dificultades para armar mayorías parlamentarias y apuntalar la legislatura. El tiempo juega en contra, habida cuenta de que el plazo para presentarlos se fijó en el primer trimestre. Más allá de abril, difícilmente podrían tramitarse antes de finalizar el actual periodo de sesiones. El pasado año se oficializó la renuncia a presentarlos a 13 de marzo, aunque por motivo del adelanto de las elecciones catalanas.
Tras casi cinco semanas con las cuentas públicas prorrogadas, el Ejecutivo ni siquiera ha sido capaz de sentarse a negociar esta carpeta con Junts, pues depende de que se desbloqueen antes asuntos clave como el traspaso de competencias en inmigración y una nueva senda de déficit que permita gastar más a las comunidades autónomas. Se trata de un “puzle” de negociaciones, según lo definen en Moncloa, en el que el encaje de las piezas está “interconectado”. Una suerte de todo o nada para los Presupuestos.
Aunque Junts siempre defendió un método de negociación “pieza a pieza”, el Gobierno interrelaciona las carpetas que ahora tiene sobre la mesa con la meta de los Presupuestos. Las cesiones, sobre todo en lo que respecta a la modificación de los objetivos de estabilidad, se vinculan a tener garantías de allanar la negociación de las cuentas públicas. En el Ejecutivo reconocen lo ajustado de los tiempos, pero aseguran que por el momento siguen en la misma pantalla y que no piensan todavía en pasar página para mirar a los Presupuestos de 2026.
En lo que se insiste es en naturalizar la posibilidad de una nueva prórroga y desvincular la continuidad de la legislatura del hecho de aprobar unos Presupuestos. De hecho, el presidente del Gobierno excluyó las cuentas públicas de su agenda de retos parlamentarios para el próximo periodo de sesiones. Durante su discurso en la reunión interparlamentaria del PSOE, con los grupos del Congreso, Senado y Eurocámara, omitió la aprobación de unas nuevas cuentas de las cinco “tareas” que marcó.
Tampoco se refirió a este hito necesario para blindar la legislatura, ni siquiera de soslayo, en los casi 40 minutos de intervención. Sí conminó a “seguir creciendo y creando empleo”, para lo que en la parte socialista del Gobierno aseguran que los Presupuestos serían necesarios, pero no imprescindibles porque el actual proyecto es expansivo. De hecho, el jefe del Ejecutivo volvió a insistir en la idea de agotar la legislatura hasta el 2027. Sin mencionar directamente a Junts, pidió a los suyos “cintura para dialogar, negociar y construir acuerdos”, aun reconociendo la realidad de una “negociación extenuante”.
“Coalición negacionista”
Los tiempos para la negociación con Junts y, por tanto, para mantener viva la esperanza de aprobar unos Presupuestos, los marcará en buena medida el debate sobre la cuestión de confianza. Sin valor jurídico, pero sí político ante el hecho de que Junts pueda unir sus votos a PP y Vox para dar cuenta de una mayoría alternativa. El debate está previsto entre finales de mes y principios de marzo, con el margen de maniobra de los posconvergentes para retrasarla. Bien incluyendo otras iniciativas en su cupo, bien renunciado a este o intercambiándolo con otro grupo parlamentario. Lo que sí está claro es que los tiempos y los plazos estarán en manos de Junts.
En el Gobierno mantienen que la cuestión de confianza es una prerrogativa que solo compete al jefe del Ejecutivo previa deliberación del Consejo de Ministros y que Sánchez no se someterá a ella, aunque salga adelante la iniciativa de Junts. Descartan también que pueda ser la antesala de una moción de censura, por el hecho de que entraría Vox en la ecuación. En este sentido, Sánchez viene insistiendo en la dicotomía del Gobierno progresista y la “coalición negacionista”, donde encuadra a PP y Vox, para intentar aislar esta alternativa.
Batalla en Bruselas
Un mensaje que intensificó durante su intervención este martes en la reunión interparlamentaria para poner en duda su defensa de los intereses de España y la UE ante la amenaza de una guerra comercial por la imposición de aranceles por parte de Donald Trump. “El Gobierno de España va a apoyar a la UE”, aseguró, para cuestionar que “está por ver qué harán la ultraderecha y los neoliberales”.
El jefe del Ejecutivo también trató de marcar perfil internacional para dar la batalla en la UE ante el desafío de Trump y los “tecno-oligarcas” para acompasar los nuevos consensos europeos a su hoja de ruta doméstica. Como con la crisis del covid o la derivada de la invasión rusa de Ucrania, Pedro Sánchez recetó a la UE una respuesta socialdemócrata ante el “punto de inflexión a nivel global” en el que se juega “seguir avanzando por la senda del progreso o simplemente retroceder”. “España debe jugar un papel decisivo”, defendió para mencionar el impulso de los fondos de recuperación y la llamada ‘solución ibérica’ para el mercado eléctrico.
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