Nicolás Maduro asume su tercera presidencia sin haber presentado las actas que acrediten su victoria electoral
«Convirtieron la elección de Venezuela en una elección mundial y se la ganamos. No saben cómo vengarse con nosotros. Se lo digo al Gobierno saliente de Joe Biden y al mundo. Estados Unidos y Europa, el fascismo está derrotado». Nicolás Maduro juró este viernes como presidente de Venezuela sin despejar la duda sobre su legitimidad: todavía no se conocen las actas de los controvertidos comicios que certifican su victoria. La ceremonia tuvo lugar en una Asamblea Nacional (AN) dominada por el Partido Socialista Unido (PSUV), y ante una mustia representación internacional, aunque Maduro expresó su júbilo por ser acompañado por delegaciones de 125 países. Maduro, el hombre que se hace llamar el «presidente obrero», aunque sus antecedentes laborales lo muestran como conductor de buses, está habilitado para gobernar hasta 2031. La oposición se manifestó en las vísperas para rechazar su asunción y reivindicar la victoria en las urnas de Edmundo González Urrutia. El PSUV también tuvo su marcha afirmativa y esta mañana rodeó con sus militantes el palacio legislativo.
Maduro aportó su dosis de solemnidad e indiferencia frente a un conflicto político que cree haber saldado a su favor a pesar de las críticas, rechazos y molestos silencios que provinieron incluso de los gobiernos progresistas de la región. Cuando el presidente de la AN cumplió con la formalidad de preguntarle sobre su disposición a ser fiel al cargo, Maduro dijo primero que juraba por el cacique Guaicaipuro. Luego lo hizo por Simón Bolívar, el padre de la patria, para luego invocar «la memoria eterna de nuestro amado jefe y por el histórico» Hugo Chávez y, por último, el «noble y aguerrido pueblo». Maduro se comprometió a velar por la Constitución y las leyes de la república, con la promesa de encabezar un «nuevo periodo» que «será de la paz», «prosperidad» y una «nueva democracia». Rodríguez respondió: «queda usted investido en el cargo de presidente constitucional, felicitaciones y un abrazo». Ambos sonrieron para darle un toque familiar a la ceremonia que acompañaron también con su alegría el fiscal nacional, Tarek Willam Saab y la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Caryslia Rodríguez.
Enviado de Putin
Tras los aplausos, Maduro recibió la banda presidencial, bordada por simpatizantes, la medalla que acredita su cargo y la llave del sarcófago de Bolívar. Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel, los presidentes de Nicaragua y Cuba, se abalanzaron para abrazar a su colega. Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, se hizo presente en la AN. Maduro destacó en especial la participación en la ceremonia del «enviado de Vladímir Putin«. Luego resaltó la participación de un delegado de Xi Jinping.
Afuera de la AN, un coro juvenil e infantil entonó el himno nacional. Caracas recibió la controvertida novedad institucional con una fuerte presencia militar, especialmente alrededor de la legislatura. En su primer discurso, Maduro expresó el «reconocimiento permanente» a las Fuerzas Armadas, el principal sostén del presidente y, en los hechos partícipes de un cogobierno. También saludó a los estudiantes, las mujeres, las comunas, los obreros, los artistas y «los que llevan el canto», así como a los participantes del Congreso Mundial Antifascista. «Hugo Chávez hizo la proeza histórica de traer al siglo XXI los sueños de los hombres a caballo que echaron al imperio español. Juré llevar adelante todos sus sueños y toda su fuerza. A los traidores a la patria que le gusta hacer el coro a los que mancillan la patria les digo: nosotros somos los constructores de esta Constitución, nació a pesar de ustedes, oligarcas de los apellidos, a contrapelo de las conspiraciones imperiales».
La alocución tuvo su instante aguerrido. «A mí no me ha colocado acá el Gobierno de Estados Unidos ni la derecha. Voy para adelante con la fuerza huracanada de un pueblo. Que nadie se confunda con nosotros. Garantizaremos la soberanía nacional».
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Fronteras cerradas
Según Maduro, la ceremonia de asunción fue posible porque Venezuela está en paz. La tranquilidad mentada por las autoridades encuentra a un país que ha debido cerrar sus fronteras con Colombia. El gobernador del estado Táchira, Freddy Bernal, dijo que se tomó esa decisión al haber recibido «la información de una conspiración internacional». Bernal hizo un llamado a la «comprensión» de «todos los sectores de la sociedad, ganaderos, empresarios, emprendedores y pueblo». Permanecerá clausurada hasta el 13 de enero. De inmediato, el Ministerio de Exteriores colombiano informó que la decisión del vecino país fue tomada de manera unilateral. El ministro Luis Gilberto Murillo señaló, además: «el hecho de que se mantengan las relaciones diplomáticas, no significa que se avalen los resultados. Colombia mantiene una diplomacia responsable y estratégica con el fin de construir relaciones en el tiempo».
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