No me ha querido nunca, dejaba de hablarme cuando era niña
Después de años lejos de Isabel Pantoja (69), así como Kiko Rivera (41), Isa Pantoja (30) se ha sentado en el plató de Viernes para hablar de la tormentosa guerra familiar que la separa de su madre y su hermano.
El colaborador ha hablado alto y claro sobre la ninguna relación con su familia inmediata. Uno que empezó a romperse hace muchos años, cuando ella era apenas una niña.
¿Podría haber una reconciliación con la tonadillera? Ha sido la cuestión clave de su participación en el programa Telecinco. Sinceramente, y sin ocultar su pesar, respondió enfáticamente: «La posibilidad de tener una reconciliación con ella no existe. Es algo que he asumido».
Agustín Pantoja e Isabel Pantoja
«Mi tío y mi abuela no me querían»
La intervención de Isa Pantoja en el espacio de Mediaset se produce días después de la reveladora entrevista de Kiko Rivera, en la que confesaba como nunca los momentos más difíciles de su vida familiar y admitía haber tenido comportamientos inadecuados hacia ella. Lo más desafortunado, cuando Le dio agua a su hermana con una manguera en la finca Cantora.
«No le quité la ropa, pero sí le golpeé con manguera. fue un episodio horrible y nadie hizo nada. Allí tendría unos 29 años», confesó el DJ ante las cámaras.
Ahora, la hija de Isabel Pantoja ha respondido a las palabras del DJ. Y ha abordado el complejo vínculo que mantiene con su madre y su hermano.
«He supuesto que no tendré una relación con ella. No decidí separarme de su vida. Ha decidido separarse de todos nosotros. Tengo mucho dolor con ella, pero no solo proviene del episodio de la manguera», explicó.
Isa está convencida de que El origen de los problemas se remonta a su infancia.cuando vivió «el rechazo» de miembros muy importantes de la saga.
«Mi dolor no viene de ahí. Mi dolor viene de cuando era niña. y No estoy protegido de un tío y una abuela que no me amaban. Nunca me han querido», continuó.
De esta forma ha reabierto una vieja herida. El que abrió cuando ella era menor de edad. Según su testimonio, nunca sintió ningún cariño por parte de su tío, Agustín Pantoja (61), o su abuela, Ana MartínMurió en septiembre de 2021 a los 90 años.
Isabel Pantoja, ingresada de urgencia en Madrid.
Gtres
«Agustín estuvo 9 meses sin hablarme»
Isa Pantoja ha recordado lo que sentía por su tío y su abuela. Ambos «dejaron de hablarme cuando era niño». Y «Nadie me ha pedido disculpas por esto».
Eso sucedió porque un conflicto banal, relacionado con un perro que Isa tenía por permiso de su madre para dormir en su habitación, algo que su tío no aceptó.
Isa siempre ha señalado con el dedo a su madre por no haber intervenido en esa situación. Es uno de los mayores reproches de su vida a su madre: ««Mi madre no hizo nada cuando mi tío dejó de hablarme durante meses».
«Estoy empezando a no entender por qué no estoy protegido cuando tengo nueve años y yo soy nueve meses sin hablar con mi tio estar en la misma casa«, se lamentó. «No los elegí yo, pero ellos me eligieron a mí».
Isa también ha declarado que su relación con señora ana Siempre se mostró distante, ya que tenía un claro favoritismo con Kiko: «Nunca me he sentido como mi abuela.»
creer que ni su abuela ni su tío «estaban preparados para esa adopción». En muchas ocasiones, «Ni siquiera me miraron a la cara». Y añadió: «Siempre sentí que les debía algo».
Por su parte, su hermano Kiko Rivera «no hizo nada» cuando su familia la «despreciaba» o dirigido «insultos racistas hacia mí.»
Isabel Pantoja en el concierto que ofreció en Valencia en septiembre del año pasado.
La «humillación» de su familia
Al parecer, Isa Pantoja no ha sido la única en sufrir el desprecio de sus familiares. Estos «han tenido palabras racistas no sólo para mí, sino para mi pareja», comentó refiriéndose a la forma en la que trataron Asraf Beno (29). No ha dudado en calificar su comportamiento como «un despropósito» y una «humillación».
La joven no oculta que todavía quiere a su madre: «Sigo protegiéndola, sí. Porque para mí mi madre lo es todo. Estoy aquí por mi madre, ella me ha dado la oportunidad de estar aquí, de tener una familia, un hermano… Siento que le debo muchas cosas. Es que, como ella diría, tapar el sol con un dedo es muy complicado. Pero en la medida que puedo lo hago».
Hoy, lo que más le pesa de la ruptura familiar es que sus hijos crecen sin la figura de su abuela: «El dolor más grande que tengo es el que tengo desde pequeña y que mis hijos crezcan sin su abuela.
«No la veo pidiéndome perdón. Tengo claro que no voy a tener una relación. Si necesita algo, estaré allí. «Es mi deber»se ha asentado.
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