palacios, jardines y bosques en la Sierra de Guadarrama
El Trastámara estaba claro: en verano, donde era mejor que estaba en la ladera norte de Guadarrama, a orillas del Songma, salpicando bajo el dosel de los árboles del Pinar de Valsaín. Fue lo más cercano que tenía aire acondicionado en el castillo medieval.
Enrique III construyó un pabellón de caza en Valsaín, el Casa del bosque; Felipe II lo convirtió en un palacio y el fuego, en 1682, lo redujeron a ruinas melancólicas que se ven hoy al lado de las arenas, utilizadas para albergar cajas de peñas y leña. ¡Y piense que los leones de Enrique IV han gobernado aquí y nació la hija de un prudente rey!
Para compensar esta tristeza, justo allí, al pie de las ruinas, entra alegre en el campo de Verdadero Fisherie CheminEl camino que Carlos III condicionó a las orillas de la Erresma para pescar sin llenar el lodo a la peluca. Mientras caminamos río arriba, veremos piscinas forzadas y magníficos puentes históricos, como los canales. Hasta la boca del burro, hay cinco kilómetros: unas pocas horas de felicidad de verano.
Un «Chiquitín» de Versalles salió a la granja.
El Palacio de Valsaín quemó y los reyes, para cualquiera, eran flojos para reconstruirlo e hicieron otro, el de la granja (Patrimonionacional.es), cuatro kilómetros debajo. Vemos que los bourbones vinieron de Francia, porque dejaron un Versalles «Chiquitín». A pesar de esto, es enorme, con 25,000 metros cuadrados de superficie, 146 hectáreas de jardines geométricos y 26 fuentes monumentales. «Tres minutos, te diviertes y tres millones me cuestan»: Felipe V lo criticó. Fuente de baño de DianaCasi como hoy, nos quejamos del precio de la cuenca de nuestra urbanización para mantener. Otra felicidad de verano es verla correr por la noche en julio y agosto, todos los sábados.
En el roble del Palacio de Riofrío, puedes ver ciervos y Gamos.
Cruzando el Repúbio d’Erasma en el Tanque de Pontón Alto Y el soto de Revenga Edenic, nos acercamos al Palacio de Riofrío, quien construyó Isabel de Farnesio quince kilómetros de la granja para no tropezar con su hijastro Fernando VI. El palacio es muy mono, rosa e italiano, pero lo mejor es su roble de 640 hectáreas, que puede ser cruzado por el automóvil admirando los muchos ciervos y gamos que están de acuerdo casi a la mano. En 2013, había 900 porque ya no estuvieron de acuerdo.
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