Perplexity ofrece 34.500 millones por Chrome en plena presión antimonopolio a Google
En un movimiento —tan ambicioso como sorprendente—, la startup de inteligencia artificial Perplexity ha puesto sobre la mesa una oferta de 34.500 millones de dólares para comprar Chrome, el navegador estrella de Google que utilizan más de 3.500 millones de personas en todo el mundo.
La cifra, que casi duplica la valoración de la propia Perplexity (estimada en 18.000 millones), llega respaldada por un grupo de inversores que, según la firma, han comprometido los fondos necesarios para cerrar la operación.
El anuncio no llega en un momento cualquiera. El juez federal Amit Mehta, que el año pasado determinó que Google mantenía un monopolio ilegal en el mercado de las búsquedas, estudia ahora qué medidas tomar para restablecer la competencia. Entre las opciones que baraja está forzar la venta de Chrome, una pieza clave en el ecosistema del gigante tecnológico, con más del 60% de cuota global de mercado.
Una jugada con posible efecto en los tribunales
Fuentes citadas por The Wall Street Journal interpretan la oferta como un mensaje directo al magistrado: hay un comprador serio y dispuesto a hacerse con Chrome si la justicia decide que Google debe desprenderse de él.
En una carta dirigida a Sundar Pichai, consejero delegado de Alphabet, Perplexity asegura que la operación “responde a un interés público de primer orden” al poner Chrome “en manos de un operador independiente y competente”.
La propuesta incluye el compromiso de mantener y desarrollar Chromium, el proyecto de código abierto que sustenta tanto a Chrome como a otros navegadores, así como mantener a Google como motor de búsqueda por defecto —aunque permitiendo a los usuarios cambiarlo—.
De Comet a Chrome
La apuesta no parte de cero. Perplexity lanzó recientemente Comet, su propio navegador web, con el que busca integrar más funciones basadas en IA y optimizar la experiencia de navegación. Pero hacerse con Chrome supondría un salto cuántico: pasar de nuevo jugador a líder absoluto en un mercado donde el navegador de Google es prácticamente omnipresente.
Con esta maniobra, en realidad, Perplexity no solo reta a Google en su terreno, sino que se coloca en el centro de un debate clave sobre el poder de las grandes tecnológicas y el papel que debe jugar la justicia para limitarlo.
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