PESTE PORCINA | El 60% de infecciones emergentes tienen origen animal: «Los veterinarios somos clave en las crisis sanitarias»
La reciente crisis de la peste porcina africana en Cataluña y de la gripe aviar en buena parte de España ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de preservar la salud de animales y ecosistemas porque solo hace falta un descuido para que la situación acabe repercutiendo en los seres humanos, ya sea en la salud o en la economía. Es justo en este contexto que los veterinarios alzan la voz para reivindicar su papel en la gestión de crisis sanitarias.
[–>[–>[–>«Nunca se nos incluye en los espacios de decisión cuando, en realidad, somos un actor imprescindible. Nuestro papel en la protección de la salud de las personas, de los animales y del medio ambiente es fundamental«, defiende Verónica Araunabeña Cobo, presidenta del Consell de Col·legis Veterinaris de Catalunya (CCVC), en declaraciones a EL PERIÓDICO.
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Araunabeña denuncia que «muy a menudo los veterinarios no son tenidos en cuenta» ni en los equipos dedicados a la gestión de salud pública ni en los comités de crisis relacionados con la salud animal como es el caso, por ejemplo, de la peste porcina o de la gripe aviar». Todo esto, sostiene esta experta, es «un sinsentido» porque los profesionales veterinarios son especialistas no solo en salud animal sino que también trabajan en «actividades esenciales» como «la seguridad alimentaria, la vigilancia epidemiológica y el control de zoonosis».
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El 75% de los nuevos patógenos procede de especies domésticas o silvestres
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La presidenta de la principal entidad que agrupa a veterinarios catalanes recuerda que los especialistas de su sector «actúan como primera línea de defensa frente a enfermedades que pueden saltar de especie, protegiendo tanto a los animales como a las personas».
[–>[–>[–>Los veterinarios reclaman estar integrados en todos los órganos de planificación y gobierno de salud pública
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Es por ello que el colectivo defiende que «la profesión veterinaria debería estar integrada de forma estable e institucionalizada en todos los órganos de gobierno y planificación en salud pública» ya que sin su participación activa «no puede construirse un sistema de salud completo, moderno y realmente preventivo». En este sentido, Araunabeña defiende que los veterinarios son «un pilar esencial en el enfoque One Health«, es decir, la filosofía que defiende que la salud humana, animal y ambiental están conectadas y se influyen mutuamente y que, por lo tanto, cabe cuidar de todas para asegurar un bienestar global. De lo contrario, tal y como vimos en la pandemia de covid-19, destruir un ecosistema, comerciar con especies como el pangolín o vender murciélagos en condiciones insalubres puede desencadenar crisis sanitarias de alcance mundial.
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Enfermedades transmitidas por animales
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En la misma línea, la Organización Colegial Veterinaria (OCV) reivindica que «la profesión veterinaria es un pilar imprescindible para prevenir zoonosis, garantizar la seguridad alimentaria y sostener el modelo One Health». La entidad recuerda que más del 60% de las enfermedades infecciosas emergentes tienen origen animal y que el 75% de los nuevos patógenos procede de especies domésticas o silvestres. Este fenómeno preocupa especialmente en países como España, que alberga una de las mayores cabañas ganaderas de Europa y que, por lo tanto, debería ser el principal defensor de la inclusión de los veterinarios como «guardianes sanitarios».
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[–>La crisis de la peste porcina africana ha evidenciado, según la OCV, que «los desequilibrios ecológicos y el aumento de fauna silvestre incrementan los riesgos». El crecimiento de la población de jabalís, vinculado al abandono rural, la reducción de la ganadería extensiva y cambios en el uso del suelo, ha generado un escenario en el que «la interacción entre fauna silvestre, explotaciones y núcleos urbanos es cada vez mayor», aumentando la posibilidad de transmisión de enfermedades como la provocada por este virus.
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Ante esta situación, la entidad propone medidas estructurales, entre ellas reforzar la veterinaria rural como servicio sanitario esencial; fortalecer la figura del veterinario de explotación, «clave en bioseguridad y detección temprana»; incrementar las inspecciones en frontera; integrar veterinarios en la gestión de fauna silvestre; y desplegar programas de control responsable de poblaciones de jabalís.
[–>[–>[–>A la reivindicación se suma la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios (FESVET), quien ha tachado de «clara injusticia» que se deje fuera a un colectivo «con amplias competencias biosanitarias demostradas». La entidad denuncia que organismos como el Ministerio de Sanidad sigue «minusvalorando a la profesión veterinaria» y recuerda que los veterinarios cuentan con «una preparación específica de laboratorio especialmente estructurada, una experiencia práctica innegable y competencias en ciencias de la salud al mismo nivel o superior que el resto de profesiones sanitarias». Entre sus reivindicaciones, la federación reclama desde reconocer formalmente estas competencias hasta crear una nueva especialidad sanitaria como «veterinario experto en salud pública y comunitaria» que reconozca su papel en la prevención de enfermedades, la seguridad alimentaria y el control de zoonosis.
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Demandas históricas del sector
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Las reivindicaciones del sector son, en su mayoría, «demandas históricas», según explica Araunabeña. Aunque ahora, a raíz de las crisis porcinas y aviares, resuenan con más fuerza. Son varias las organizaciones de veterinarios que, desde hace años, están luchando para reclamar la presencia de veterinarios en los servicios públicos de inspección alimentaria, vigilancia epidemiológica o controles en frontera. La Organización Colegial Veterinaria, por ejemplo, denuncia que los puestos de control fronterizo «requieren más recursos y profesionales para prevenir la entrada de amenazas sanitarias» ya que los movimientos internacionales de animales y productos de origen animal constituyen un vector de riesgo creciente en España. Y que sin un refuerzo claro de estos dispositivos, advierten, el país seguirá expuesta a patógenos foráneos capaces de «afectar a la salud pública, a la producción ganadera y al comercio internacional».
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Una de las demandas es reforzar los controles fronterizos para prevenir la entrada a España de amenazas sanitarias
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Otra reivindicación central es la mejora de las condiciones laborales de los veterinarios que trabajan en el medio rural, donde la escasez de profesionales compromete tanto la atención sanitaria a la ganadería como la vigilancia ambiental.
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Los colegios veterinarios españoles también reclaman la necesidad de una coordinación interinstitucional más efectiva y que «la fragmentación entre administraciones ambientales, agrarias y sanitarias dificulta la gestión integral de las crisis sanitarias», especialmente aquellas vinculadas a fauna silvestre, como la gripe aviar o la fiebre del Nilo Occidental. En este sentido, los especialistas reclaman que se establezcan protocolos conjuntos de vigilancia, muestreo y actuación, y que su participación sea estructural en los equipos que gestionan la salud ambiental. Como señala la OCV, «las crisis sanitarias no pueden gestionarse eficazmente sin una participación formal, estable y estructural de los veterinarios».
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