¿Por qué consume más tu coche en invierno? Factores clave y cómo reducirlo
¿Sabías que el consumo de tu coche aumenta en invierno? Es una época difícil para tu coche por muchos motivos, pero si notas que tu depósito dura menos en estos meses fríos, no estás solo. El motor, los neumáticos, los líquidos e incluso la calefacción tienen más que ver de lo que parece.
Y aunque este aumento del gasto parece inevitable, porque no podemos controlar las temperaturas, hay una explicación detrás y algunos trucos para mantenerlo a raya.
Principales causas del aumento del consumo en invierno
No importa si tienes un coche moderno y con la última tecnología, porque el frío invernal te golpeará igual. El aire es más frío, el aceite se vuelve más espeso y usamos mucho el calor (y los asientos con calefacción, si su automóvil los tiene). Por eso el consumo sube aún más que en verano con el aire acondicionado. Éstas son las razones que lo explican.
El motor tarda más en calentarse.
El motor de combustión interna ofrece el mejor rendimiento cuando la temperatura ronda los 90ºC. Cuando hace frío, se tarda más en llegar a ese punto, entonces durante esos primeros minutos trabajas «en frío» y requiere más combustible para que la mezcla aire-gasolina sea la adecuada. En trayectos cortos o urbanos, donde el motor no alcanza la temperatura óptima de funcionamiento, el consumo puede aumentar hasta un 15%.
Mayor aprovechamiento de la función de aire acondicionado y desempañado
Encender la calefacción o activar la función para desempañar los cristales en invierno (o utilizar el aire para lo mismo) aumenta el consumo. En los motores de combustión, Esa energía proviene del motor y, en los eléctricos, de la batería.. En ambos casos el coche consume más.
Lubricantes más espesos
Los líquidos del coche, especialmente los aceites, también sufren las bajas temperaturas. Cuando están frías se vuelven más densas, y esto genera mayor fricción entre las partes del motor y te obliga a trabajar más duro para moverlos. Por eso, en invierno, los profesionales recomiendan utilizar lubricantes sintéticos multigrado que mantienen la fluidez incluso a temperaturas bajo cero.
Cambios en la presión de los neumáticos.
El aire se contrae con el frío, por lo tanto Cuando hace frío, la presión de los neumáticos baja más rápido de lo esperado. Además, conducir a baja presión aumenta la resistencia a la rodadura, lo que también aumenta el consumo de combustible y acelera el desgaste.
La batería también sufre
En los coches eléctricos, las bajas temperaturas reducen la eficiencia química de las células. La batería ofrece menos autonomía y tarda más en cargarse. Y aunque los coches modernos están equipados con sistemas de gestión térmica, las diferencias de consumo entre verano e invierno pueden rondar el 20%.
Consejos para reducir el consumo en invierno


No puedes controlar las temperaturas, pero sí, puedes evitar que afecten exageradamente a tu coche con unos consejos básicos (del primero al ‘conductor’). Toma nota:
- No calentar el coche al ralentí: Hay mucha gente que hace esto, sobre todo si pasan varios días sin coger el coche, y es una costumbre que viene de nuestros padres y abuelos. La tecnología hoy en día es diferente y los motores, especialmente los de inyección electrónica, están diseñados para funcionar a bajas temperaturas. Aunque esperes 30 o 40 segundos no pasa nada, pero los expertos coinciden en que esto ya no es necesario.
- Evite acelerar y frenar bruscamente con un coche frío, porque necesita más combustible para responder. La conducción progresiva ayuda a estabilizar el consumo y alargar la vida útil del motor.
- Mantenga la presión correcta de los neumáticosporque lo contrario puede incrementar el consumo en más de un 3%.
- Planificar rutas y evitar, en la medida de lo posible, desplazamientos cortos en invierno.
- Utilice el aire acondicionado con moderación y no poner el fuego a tope si no es necesario. Ajuste la temperatura de manera razonable y apáguela cuando ya no sea necesaria.
- Protege tu coche del frío extremo y, si puedes, aparca en un garaje. De esta forma proteges el motor, la batería y evitas la formación de capas de hielo que obligan al coche a trabajar más al arrancar.
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