¿Por qué es vital la histórica ley de Ciencia aprobada en Asturias? Cinco años de trabajo y el sueño cumplido de un científico ahora convaleciente: «Gracias por confiar»
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La primera ley de Ciencia del Principado tiene nombre y apellidos: Borja Sánchez García. El consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo no pudo estar ayer en el hemiciclo presenciando cómo salía adelante su apuesta estrella. Ese gran proyecto con el que llegó al Principado hace algo más de cinco años. Un cáncer de colón, del que se recupera arropado por su familia, lo obligó a tener que seguir la sesión desde su casa. Nada le hubiera gustado más que estar delante del parlamento asturiano defendiendo un proyecto en el que ha volcado muchas esperanzas y demasiadas horas de trabajo en el último lustro.
Hace solo cuatro meses, el propio Sánchez recordaba cómo habían sido esos inicios al frente de la Consejería de Ciencia. Justo antes de tomar posesión como integrante del equipo de gobierno, el doctor Carlos López Otín le dio un consejo que lo ha acompañado hasta el último momento: «elabora bien tu estrategia y hazlo con un fuerte compromiso, ya que el compromiso asegura el éxito».
Esta estrategia ha seguido una línea firme desde entonces, combinando proyectos a corto y medio plazos, pero con una gran apuesta en el horizonte, la ley de Ciencia que finalmente ayer fue aprobada en la Junta del Principado. El objetivo era «dotar a Asturias de una serie de herramientas que permitirán aligerar la burocracia, evaluar y ser eficaces en las inversiones», así como mejorar la ejecución y ejecución de los fondos».
Lograrlo no fue fácil. La ley estaba en su cabeza, pero había que darle forma. Así, a lo largo de este lustro se fueron repitiendo las reuniones, los encuentros y los intercambios de opiniones. Tanto dentro de la consejería como con agentes externos. Sánchez forma diferentes equipos de trabajo y mantuvo un contacto directo con agentes, instituciones, centros de investigación, empresas tecnológicas… «Participó mucha gente aportando ideas y trabajo, pero Borja era quien tenía una visión global de todo el ecosistema. Es su ley», destacan en su círculo.
Para Sánchez que Asturias dispusiese de una ley de Ciencia era la oportunidad perfecta para «posicionarse como un referente en ciencia e innovación». Como él mismo defendió en su momento: «Tenemos los recursos, el talento y la voluntad para hacerlo. Pero es necesario que todos los actores, públicos y privados, desde las universidades hasta las Pymes pasando por los Centros Tecnológicos, trabajemos juntos para alcanzar este objetivo».
Pero no solo en la ley de Ciencia se enfocó el trabajo de la consejería a lo largo de estos años. Por el camino el consejero enfrentó otros muchos retos. Creó una herramienta administrativa específica para la gestión integral de la I+D y de la innovación como es Sekuens, puso en marcha una estrategia de especialización inteligente rumbo a 2030; desarrolló los programas de retención y atracción de talento, el contrato programa con la Universidad de Oviedo e implementó de forma práctica diferentes esquemas de colaboración público-privada.
Borja Sánchez no estuvo ayer en el hemiciclo, pero sus ideas sí. Porque el trabajo que desarrolló durante estos cinco años llevaron ayer al presidente del Principado, Adrián Barbón, a renombrar la nueva de Ciencia, Tecnología e Innovación como la «ley Borja». «Quiero desde esta tribuna desearle una pronta recuperación y el agradecimiento por la colaboración que ha tenido conmigo para esta intervención. Hace unos minutos estaba hablando con él y me decía que era el día más importante desde que es consejero, así que un reconocimiento a toda su labor y a todo su equipo», agradeció Gimena Llamedo, encargada de defender la ley en su ausencia.
Estos buenos deseos fueron compartidos por el resto de la Cámara. «Un abrazo muy grande al consejero de Ciencia, que ha sido el auténtico artífice de esta norma. Me consta que le gustaría estar aquí y deseamos tenerlo de nuevo muy pronto en esta Cámara», inició su intervención Xabel Vegas, de Convocatoria. Mientras que Covadonga Tomé mandó le mandó un abrazo y sus mejores deseos, además de dar las gracias a todo su equipo. Adrián Pumares, de Foro, también se sumó al reconocimiento a Sánchez, a su equipo y a quien ha tomado temporalmente el relevo, Iván Aitor Lucas del Amo. Los portavoces de Vox, Sara Álvarez Rouco, y del Partido Popular, Andrés Ruiz, tampoco se olvidaron de Sánchez.
Un consejero que, cuando regrese a su puesto de trabajo, lo hará con una ley bajo el brazo. Toca ahora ponerla en marcha.
El día más importante como consejero
El consejero de Ciencia, de baja tras una intervención por un cáncer de colon, escribió ayer el texto que se publica bajo estas líneas tras la aprobación de la Ley de Ciencia en la Junta. En él, Borja Sánchez se refiere a una fotografía en la que aparecen miembros de su equipo, que se adjunta a su testimonio.
A la izquierda, Beatriz Alejos, Secretario General Técnico del Ministerio de Ciencias; Borja Sánchez; Cristina González Morán, directora general de la universidad, e Iván Aitor Lucas del Amo, hace cinco años. / LNE