Porno inmobiliario
«Porno inmobiliario». Lamento no poder atribuir la autoría, no recuerdo a quién se lo leí u oí, pero el concepto es brillante. Sí, esos vídeos de pisazos o casoplones que alguien te los enseña; te va conduciendo por el salón, en el que se puede jugar al tenis, los baños, los dormitorios, la cocina. Te enseña las vistas, el balcón… Pisos situados en el barrio de Salamanca de Madrid, sobre todo, o Pedralbes o en las urbanizaciones de lujo de Marbella, Málaga o Palma de Mallorca. El espectador ve el piso o chalé para indagar en cuánto vale, cómo viven los ricos, preguntándose cómo puede alguien permitírselo.
[–>[–>[–>Igual que el espectador del porno ve las acrobacias de los actores con deseo y envidia, excitándose y hasta creyendo que esos tiempos, esos aguantes, esos cuerpos, esas contorsiones, esos pechos o penes o culos son lo normal para todo el mundo, viendo estos pisos pensamos en que mucha gente vive mejor que nosotros y nos sentimos desgraciados. O frustrados. Pobretones derrotados.
[–> [–>[–>Como la contemplación es una forma de posesión, mirar un pisazo es entrar en él. Imaginar cómo sería nuestro día a día en él. Visionar un objeto de deseo es en cierto modo ya tenerlo.
[–>[–>[–>
–Oiga, yo quiero a mi vecina del quinto y la miro, pero nada.
[–>[–>[–>Vemos vídeos en el TikTok de cochazos, de viajazos, de yates, de amores, pisos y restaurantes prohibitivos. La vida de los ricos siempre ha interesado. Antes eran las tiradas millonarias de las revistas del corazón. Ahora también va todo ese mensaje por las redes. No sé cómo no se genera una envidia que devenga en una revolución proletaria, dicho sea con sarcasmo, no vayamos a confundir lo que toda la vida de Dios ha sido un pasatiempo.
[–>[–>[–>
Claro que también hay quien prefiere, o el algoritmo cree que prefiere, ver penas, pobres, desgracias y catástrofes. De todo hay en la viña del Señor. Menos pisos asequibles.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí