Seúl vuelve a ser escenario de manifestaciones con miles de personas a favor o en contra de la detención del presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, que afectaron al tráfico y aumentaron aún más la tensión vivida estos días en la capital surcoreana.

Unas 35.000 personas se reunieron ayer en la céntrica plaza Gwanghwamun para protestar contra los intentos de arrestar a Yoon por su fallida declaración de la ley marcial el 3 de diciembre.

En ese mismo enclave también se realizó una manifestación para destituir definitivamente al presidente, quien fue inhabilitado por el Parlamento el 14 de diciembre y está a la espera de que el Tribunal Constitucional lo reincorpore o lo destituya por completo.

El grupo pro-Yoon se desplazó entonces hasta los alrededores de la residencia presidencial en el barrio de Hannam, donde también tuvo lugar, a sólo 400 metros de distancia, una marcha contra el presidente convocada por la principal central sindical surcoreana.

En un momento los sindicalistas intentaron romper el cordón policial y avanzar hacia la residencia de Yoon, lo que provocó varios enfrentamientos violentos y dos detenciones por parte de las fuerzas de seguridad.

Los enfrentamientos se producen después de que el viernes la oficina anticorrupción tuviera que cancelar su operación para arrestar temporalmente a Yoon para interrogarlo sobre la ley marcial porque el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS) impidió el acceso y protagonizó un tenso enfrentamiento que duró tres o cuatro horas.

Se cree que los investigadores podrían intentar nuevamente arrestar al presidente hoy, ya que su orden de arresto expira mañana.

La oficina anticorrupción volvió a pedir al presidente interino, Choi Sang-mok, que ordenara al equipo de seguridad presidencial -sobre el que teóricamente tendría poder- que cooperara en la detención.

Corea del Sur castiga a los líderes de un movimiento insurreccional con cadena perpetua o pena capital (sobre la cual existe una moratoria en el país desde hace casi 40 años).

En caso de que puedan arrestarlo, el equipo conjunto formado por el CIO, la policía y el Ministerio de Defensa Nacional tiene 48 horas para interrogar a Yoon e incluso solicitar una orden de prórroga de la detención si lo creen necesario.