«Salvemos Almaraz», la iniciativa contra el apagón
El pasado mes de marzo se reunieron en Madrid 70 representantes de las diferentes redes juveniles relacionadas con la energía nuclear pertenecientes a 27 nacionalidades diferentes. El objetivo del encuentro era, además de compartir «know how», dar voz a la iniciativa «Salvemos Almaraz», impulsado por la Juventud Nuclear Española. La organización defiende la ampliación de la vida útil de la central situada en Cáceres, al considerar que sus dos reactores llevan más de 40 años funcionando de forma segura, fiable y respetuosa con las personas y el medio ambiente. En este sentido, Jóvenes Nucleares recuerda, a través de un manifiesto, que La generación de Almaraz cubre el 7% de la demanda eléctrica anual de toda España, abastece a más de 4 millones de hogares, evita la emisión de 7,2 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y genera 2.900 puestos de trabajo. Pese a ello, el Gobierno mantiene su política antinuclear y se niega a ampliar la vida útil de las centrales ubicadas en territorio nacional más allá de los 46 años. Una postura que contrasta con la adoptada en el resto del mundo, que ha convertido a España en un auténtico reino de taifas en torno a la energía nuclear. Y como ejemplo, un botón. Estados Unidos acaba de aprobar la novena central nuclear para ampliar su período de funcionamiento de 60 a 80 años. Se trata de la planta de Monticello ubicada en Minnesota con 691 MW de potencia. Asimismo, la NRC ha informado que actualmente están llevando a cabo el proceso de evaluación de solicitudes de 6 plantas más para extender su operación de 60 a 80 años. La autoridad, para calcular los trabajos que habrá que realizar en los próximos años, ha consultado a las 90 centrales nucleares autorizadas a funcionar durante 60 años, preguntando cuántas presentarán la solicitud de prórroga a 80 años al organismo regulador nuclear, y la respuesta es que prácticamente todos lo harán.
Esta dirección que está tomando Estados Unidos, uno de los países pioneros en el uso de la energía nuclear, se está convirtiendo en un Tendencia internacional, a la que se están sumando el resto de países con centrales eléctricas. Así, por ejemplo, Japón también ha anunciado oficialmente que el suyo funcionará más allá de los 60 años. Finlandia, por su parte, acaba de aprobar que una de sus plantas esté activa más allá de los 70 años. En Francia, el regulador y EDF consideran que sus plantas pueden funcionar hasta 60 años, y han comenzado a realizar estudios para analizar la viabilidad a los 80, siguiendo la línea de Estados Unidos. Suiza también ha dado luz verde a que varias de sus centrales nucleares extiendan su vida más allá de los 60 años, al igual que Eslovenia y Suecia, que incluso ha autorizado a varias de ellas a operar durante ocho décadas, y Brasil, que ha aprobado ampliar 20 años más. de la operación Angra 1.
«España, que actualmente cuenta con siete centrales nucleares aprobadas para operar durante unos 46 años, debe sumarse a esta tendencia internacional, y presentar al Consejo de Seguridad Nuclear, la solicitud de ampliar la fecha de funcionamiento de estas siete centrales hasta los 80 años. Al mismo tiempo, España debe llevar a cabo un proceso para reducir los impuestos innecesarios a la energía nuclear, dado que otras fuentes de energía reciben subvenciones. En este sentido, hay que eliminar la subvención que ahora se quiere dar a alguna fuente de energía emisora de CO2, como el gas, que España debe comprar a otros países, bajo el concepto de subvención a la capacidad», afirman fuentes del sector. .
El Colegio y el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid (COIIM) también abogan por un futuro energético en el que la nuclear tenga un lugar. Hay que tener en cuenta que Las centrales nucleares españolas producen más del 20% de la electricidad consumida actualmente en nuestro país, por lo que de no extenderse la vida útil de las plantas en operación, la nación podría enfrentar un déficit en la cobertura de la demanda eléctrica. Y las plantas ofrecen un suministro constante y, además, sin emitir un gramo de CO2 a la atmósfera.
En este contexto, el cese actualmente previsto no sólo aumentará las emisiones sino también las importaciones de gas, aumentará la necesidad de metales abundantes que España no tiene debido al consumo muy superior de metales por megavatio hora producido por las renovables, para lo que futuro energético sin energía nuclear se considera bastante incierto.
Millones desperdiciados
En 2004, se acordó con el consenso de todas las partes -excepto IU- y el aval de expertos en la materia, la creación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) en Villar de Cañas, Cuenca. Este proyecto nace como una solución para gestionar eficientemente los residuos nucleares de alta actividad en España. Sin embargo, en julio de 2018, Teresa Ribera decidió frenar su desarrollo, marcando un punto de inflexión en la política energética. Según fuentes del sector nuclear, la paralización de este proyecto supuso no sólo un freno a una infraestructura clave para el futuro energético, sino también un Desperdicio de los millones de euros invertidos durante 16 años de trabajofinanciado con recursos de los ciudadanos a través de sus facturas de electricidad. A este gasto se suman los 3.000 millones que se «desperdiciarán» con el cierre progresivo de cada una de las centrales nucleares del país.
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