Puedo escribir los versos más tristes esta noche

“Puedo escribir los versos más tristes esta noche” … Así arranca el poema XX de Don Pablo. El poeta está escribiendo. La escritura como forma de liberar nuestras emociones más profundas, tomando mayor conciencia de ellas.
«Cando penso que te fuches» (cuando pienso que te fuiste) poema nº18 Follas Novas de la Gran Rosalía.
La escritura en femenino. Como un arte, una herramienta, un sistema que no solo nos sirve para comunicarnos. También nos sirve para canalizar todas las emociones, sensaciones y pensamientos que llevamos dentro, que todavía nos hacen daño, y no sabemos o no podemos verbalizar.
Rondamos el día Internacional de las Mujeres. La escritura como refugio, como un arma, como un bálsamo. Se asocia al femenino la vida en el centro. La nuestra y la de quienes nos rodean. El cuidado de la vida. Pero ¿Quién cuida a la cuidadora?
“Negra sombra que me asombras, ó pe dos meus cabezales tornas fazéndome mofa” (Negra sombra que me persigues, al pie de mi cabecero vuelves haciéndome burla). Registrar lo vivido nos ayuda a no sobrealimentar las emociones asociadas a los pensamientos negativos. Al ordenar las ideas, reducimos la sensación de ansiedad, mejorando el estado de ánimo.
El cuidado de los demás acarrea ineludiblemente una sobrecarga vital que nos va desgastando de forma lenta y sin tregua. Las mujeres somos fuertes. Las mujeres también somos débiles. Como cualquier ser vivo. Nos olvidamos a menudo del autocuidado. Nos han hecho creer que el autocuidado es egoísta. Que pensar primero en una misma es deplorable. Que el sacrificio va ligado al género femenino. Que no tenemos necesidades propias. La más importante de ellas es fomentar, promover y educar para el autocuidado. El autocuidado a través, por ejemplo, de la escritura. Ella es nuestra musa, nuestra aliada, nuestra confesora. Nos escucha, no nos juzga, nos ayuda a desahogarnos.
Al escribir podemos ayudarnos en el proceso de bienestar. También al leer nuestras propias reflexiones, volvemos a recordar las impresiones derivadas de una experiencia previa, pudiendo verla desde otra perspectiva. Tomando distancia de lo vivido, aprendemos a ser capaces de identificar dónde estamos y a dónde queremos llegar. Qué pensamos y cómo podemos superar esas sensaciones negativas que nos han acompañado durante los últimos tiempos.
“I eres a estrela que brila, i eres o vento que zoa” (y eres la estrella que brilla, y eres el viento que aúlla). Al tomar distancia de aquello que nos preocupa, podremos tener una visión más objetiva de la situación. Lo veremos con más claridad, pudiendo hablar de ello sin miedo.
“Si cantan, es ti que cantas; si choran, es ti que choras”(Si cantan, eres tú quien canta; Si lloran, eres tú quien llora). Es importante identificar y poder dar estructura a todo aquello que nos preocupa o nos perturba para poder expresarlo, aceptarlo y digerirlo con mayor fluidez. Sin retroalimentarlo con nuestra propia percepción, podremos gestionarlo de manera sana y eficaz.
“En todo estás e ti es todo, pra min i en min mesma moras” (En todo estás y eres todo, por mí y en mí vives). Podemos también encontrar beneficios al escribir nuestras vivencias a través de cuentos y relatos con base de ficción. Así, además de potenciar nuestra creatividad mediante su proceso de elaboración, escribirlos puede ser positivo para ayudarnos a hacer representaciones simbólicas de nuestra forma de percibir el mundo que nos rodea.
Con nuestra imaginación, a través de los personajes y relatos creados, podremos liberar nuestros miedos e inseguridades, ya que al hacerlo “a través de terceros” nos atrevemos a transitar y dejar marchar de manera más eficiente todo aquello que llevamos tiempo acumulando.
“Nin me abandonarás nunca, negra sombra que me asombras” (No me abandonarás nunca, negra sombra que me acechas). ¡Embriaguémonos! De poesía, de escritura, de fantasía. Para abrir espacios en los que podamos existir. Existir sin culpa, sin violencia y sin roles preestablecidos.
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