Qué son los «archivos» del depredador sexual Jeffrey Epstein, en los que Musk asegura que aparece Trump
“Hora de lanzar la auténtica gran bomba: Trump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos”.
Elon Musk hacía saltar por los aires su relación con el presidente de EEUU este jueves con ese mensaje en X que incrimina a Trump en el escándalo del infame depredador sexual, un conocido y extremadamente bien relacionado inversor estadounidense que urdió una trama de explotación y abusos de mujeres jóvenes y menores y que en 2019 apareció muerto en un aparente suicidio en la celda de Nueva York donde esperaba a ser juzgado.
La muerte de Epstein siempre ha estado rodeada de especulación y teorías conspiratorias, dados los lazos y asociaciones que tuvo con destacadas personalidades de todos los ámbitos, desde Andrés de Inglaterra y Bill Clinton hasta Bill Gates, Michael Jackson, David Copperfield, Noam Chomsky o el propio Trump. Y con su mensaje Musk, que no aportaba ninguna prueba que respaldara su acusación, hacia que otra vez se volvieran los focos hacia esos “archivos”.
Se trata de documentos sobre un caso siempre turbio en el que muchos creen que se ha ocultado información al público por la relevancia y el poder de personas que se relacionaban con Epstein, iban a sus fiestas o viajaron en su avión conocido como Lolita Express. Solo Ghislaine Maxwell, que fue pareja y socia de Epstein, ha enfrentado a la justicia y fue condenada a 20 años de prisión.
Trump nunca ha negado que conoció y compartió círculos sociales con Epstein, tanto en Nueva York como en Palm Beach. Hay vídeos antiguos donde se les ve juntos y entrevistas donde hablaba abiertamente de que a ambos les gustaban las mujeres guapas y en una de ellas el ahora presidente llegaba a sugerir que Epstein estaba atraído por las “jóvenes”.
Pero tras el arresto e imputación en 2019 del inversor (que en 2008 había logrado esquivar la justicia en un polémico fiasco político y judicial en Florida), buscó distanciarse de él. “Nunca fui fan”, dijo entonces.
Promesas y decepción
En campaña y cuando volvió a la presidencia, bajo la presión de la ultraderecha y de influencers, Trump prometió a bombo y platillo que con él acabaría el secreto y que harían público todo lo que aún permanecía clasificado. Pero cuando en febrero se facilitó lo que la fiscal general, Pam Bondi, llamo la “Fase 1” de los archivos, imperó la decepción. Prácticamente todo ya se conocía por documentos judiciales o se había hecho público con anterioridad, incluyendo durante la presidencia de Joe Biden. Y lo facilitado seguía incluyendo material que se mantenía clasificado.
Bondi y Kash Patel, el director del FBI, han puesto a decenas de agentes y fiscales a estudiar y preparar otros documentos para la desclasificación, según fuentes anónimas citadas por ‘The New York Times’. Pero no hay fecha anunciada para la publicación de la “Fase 2”.
Aparecer en la llamada “lista Epstein”, que supuestamente tiene a sus “clientes”, no significa automáticamente que se participara en su red de abusos y explotación o se cometieran crímenes. Los investigadores del caso, de hecho, no tienen pruebas de que Epstein mantuviera una “lista” y lo que hasta ahora la constituye son nombres que aparecen en lugares como su agenda de contactos o los registros de vuelo de su avión.
Musk ha sacudido otras veces el fantasma de delitos sexuales contra alguien sin dar pruebas. En 2018, por ejemplo, acusó de pederasta a un espeleólogo británico que ayudó a rescatar a 12 chicos atrapados en una cueva de Tailandia. El buceador había denostado las promesas de Musk de rescatar a los menores con un minisubmarino, un proyecto que fue descartado.
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