REBELDES CONTRA BLACK FRIDAY | Hablan las objetoras del Black Friday en Oviedo, que se niegan a caer en esta moda: «Si hago descuentos, ¿con qué vivo yo?»
Los mensajes y e-mails no paran de llegar. Ofrecen descuentos por el Black Friday, que se celebra el viernes. No obstante, hay pequeños comercios locales que se oponen a bajar los precios estos días. Son la resistencia. «Me parece que aplicar estos descuentos es una falta de respeto a los clientes que nos compraron ayer o la semana pasada». Son palabras de Nuria Fernández, propietaria de calzados La Jaula, quien explica que «exportamos ideas americanas y nos matamos a nosotros mismos».
Una opinión compartida por Pilar Suárez, dueña de la tienda multimarca Dry, que también se opone a esta campaña, al igual que la Boutique Carlo y calzados Pazo. Argumenta la primera que los comercios viven al día y si aplican los descuentos de otras tiendas, «no nos salen los números». Noviembre es tradicionalmente un mes con muchos gastos. Llega el recibo del IBI, los seguros, el segundo pago de Hacienda en caso de haberlo fraccionado, continúa el abono de las campañas a los proveedores y es un mes que anticipa la llegada de la Navidad. «Si hago el Black Friday, ¿con qué vivo yo? Además, no puedo decirle a los clientes hoy no me compres, cómprame la semana que viene que el precio estará rebajado», añade.
Ambas propietarias critican que los descuentos no duran un solo día. «Pasamos desde noviembre hasta el año que viene con rebajas porque, después ya empiezan los descuentos especiales de Navidad. Tras Reyes, tocan nuestras rebajas». Son dos meses. En este punto, Fernández matiza que en Estados Unidos hacen descuentos ahora coincidiendo con el Día de Acción de Gracias, pero no tienen campaña de saldos. «Aquí tenemos un doble descuento, mientras los comercios estamos intentando sobrevivir como Rose la del «Titanic». Además, prosigue la propietaria de Calzados La Jaula, en su tienda siempre hay productos con descuentos, pero son de fuera de temporada. «Tengo una sección outlet con rebajas del año pasado del 40 y el 50%, siempre se me puede preguntar por estos productos y yo los muestro».
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Si la situación sigue así, predicen ambas, el pequeño comercio acabará cerrando. Dicen que es insostenible aplicar constantemente descuentos y las familias se acaban arruinando bajando la persiana de sus negocios. «La gente se tiene que dar cuenta de que damos vida».
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