Resetear
El mejor ordenador llegado un momento empieza a hacer cosas raras, hasta que, si no se hace nada, peta. Antes de que pete, toca resetear. En política el reseteo es la llamada a urnas. Entre éxitos evidentes de Sánchez en la economía, la recomposición del Estado o la lucha contra el cambio climático, hay despropósitos llegados a veces de la mano de algún aliado y, sobre todo, malolientes marrones depositados demasiado cerca. Así que toca el reseteo en bien de todos: del país, de su partido y de él mismo (por orden de importancia). Explico lo último: se le ve últimamente una sonriente autocomplacencia defensiva que alienta la sospecha de que se ha encastillado e insonorizado rodeado de fieles, moviendo su discurso en circuito cerrado. Atención, no es alzar la verja del castillo para que entre el enemigo, es abrir la ventana para que corra el aire, buena ocasión para oxigenarse.
[–>[–>[–>
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí