Sobre penaltis e influencias | Marca
Aprendimos algo (pasamos la vida aprendiendo cosas que ya deberíamos saber) por el penalti que pegó Bellingham al palo de Mestalla, en el que Dimitrievski tenía ambos pies delante de la línea al pegarlo en ingles.
¿Debería haber saltado de nuevo dada la posición del portero macedonio (aunque es un nombre maravilloso)? ¿En absoluto? Pues resulta que ni si ni nosino más bien todo lo contrario.
porque el dice que no
ya tenemos adjunto.
Es la número 14 entre las reglas sacrosantas del fútbol, cuya versión original ha sobrevivido de todos modos a los años, a los años, al barniz de las circulares, a demasiadas circulares. Y con tanto ida y vuelta, la redacción actual deja mucho que desear (que tire la primera piedra, de todos modos, el que esté libre de pecado).
Se podría haber dejado claro en blanco y negro que si el portero avanza, el penalti fallado siempre se repetirá (porque estrecha el ángulo para el tirador que, en el esfuerzo por ajustarse, correrá más riesgos), o que si el La pelota golpea el poste, nunca será necesario repetirla (ya que no hay intervención directa del tipo de los guantes en la resolución), y en ambos casos incluso el menos agudo en el caso tendría la sentencia relativamente clara, pero Por supuesto, se optó por una tercera vía, que deja la influencia de la acción a la interpretación del árbitro..
Como si no supiéramos a estas alturas de la película que Cuanto menos actúe el silbante, mejor será el fútbol.porque el sentido común es, en lo que a este deporte se refiere, el menos común de los sentidos.
PD: Que la última frase del párrafo anterior es cierta como templo lo demuestra una vez más la presencia actual de uno de los protagonistas de esta columna en Arabia, en compañía de sus compañeros y otros tres equipos (dos de ellos en el rol de pagadores que ofrece esta Federación que recuerda a otras Federaciones). Vuelve la Supercopa de fútbol moderno, la que siempre ha deleitado a los aficionados.
PD (II): Abundan en la RFEF, uno de sus flamantes vicepresidentes, coherente con la ideología (o la falta de ella) que defendió toda su vida, fue uno de los que se pronunció contra el famoso sello de Lalachus, por tanto, aunque en principio no fuera el espacio adecuado para posicionarse En este sentido, que sirva de excusa la bravuconería de don Javier y estas líneas de humilde demostración de solidaridad y cariño hacia el actor.
Este contenido es exclusivo para usuarios registrados.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí